El respeto por la vida

Coexisten dos grandes preguntas filosóficas a las que la humanidad ha intentado dar respuesta constantemente: el origen del universo y el de la vida, a veces mezclando ambas en una sola respuesta a la que muchos han decidido llamar Dios. De dónde viene el universo y nosotros, hacia dónde vamos, qué somos. Respecto a la vida ha habido y deduzco que seguirá habiendo por mucho tiempo un debate moral que difícilmente puede resolverse. Hablo del respeto por la vida.

Pero, ¿qué es el respeto por la vida? Antes de ofrecer una definición, me gustaría aclarar lo que definitivamente no es: el respeto por la vida no equivale con total precisión a la llamada "santidad de la vida". En principio, puede parecer tan solo otro punto de vista o incluso otra forma de referirse al mismo concepto. Y si así lo parece en principio es porque así lo es... en principio.

En cambio, en cuanto profundicemos nos daremos cuenta de que la santidad de la vida implica extremidad: la santidad en este término se refiere a la cualidad de sagrado e inviolable, por lo que la expresión toma un cariz irrefutable, final. Y esto crea un conflicto: la santidad de la vida nunca -jamás- debe cuestionarse, ni se ha de plantear alternativa alguna, aunque lo más lógico fuera buscar un equilibrio moral más armonioso.
¿Crees en la santidad de la vida? Personalmente, me parece una gilipollez. Vamos, ¿que la vida es sagrada? ¿Y quién lo dijo? ¿Dios? Hey, si lees historia, te darás cuenta de que Dios es una de las causas primarias de mortalidad. Así ha sido durante milenios: hindúes, musulmanes, judíos, cristianos... todos turnándose para matarse entre ellos porque Dios les dijo que era una buena idea. Millones de capullos muertos porque respondieron mal a la "Pregunta del Dios": ¿Crees en Dios? ¿No? ¡Pum, Muerto! ¿Crees en Dios? ¿Sí? ¿Crees en MÍ Dios? ¿No? ¡Pum, muerto! ¡Mi Dios la tiene más grande que el tuyo! -George Carlin
Hoy en día, los ejemplos más habituales que reflejan este punto de vista radical con respecto a la vida son el aborto, la eutanasia y las investigaciones con células madre. El quid de la cuestión es que la santidad de la vida dicta que se debe vivir, ya que la vida nos la ha dado Dios y no debemos despreciar lo divino y sagrado. Eximen como arma y escudo el derecho a vivir en cuestiones como al aborto. ¿Pero acaso no se refieren al deber a vivir, y no al derecho a tal? No confundamos términos: el derecho implica elección y el deber obligación.

Pro-Vida vs Pro-Elección
Habiendo definido ya la santidad de la vida como una obligación y nunca como un derecho, daré el tema por zanjado así: una visión menos extremista del asunto nos permite plantearnos buscar cierta armonía moral. Y es que temas tan peliagudos nunca deben tomarse a la ligera, pero tampoco de forma generaliza y absoluta. Aunque yo esté a favor del aborto en casos necesarios, no pediré a nadie que esté de acuerdo conmigo: únicamente os pido el derecho a plantear la pregunta. Puede parecer algo fundamental, pero es obvio que muchos desearían negar el derecho a cuestionar lo que desde el mencionado punto de vista es incuestionable.

Pero, ¿qué es el respeto por la vida? Habiendo aclarado ya lo que no es, será mucho más fácil determinar lo que sí que es. En pocas palabras, podría definirse así:
"El mayor miramiento y aprecio posible que pueda tenerse por los seres orgánicos activos, basándose en una moral universal básica y buscando un equilibrio teniendo en cuenta las circunstancias y medios disponibles".
Como todas las definiciones, esta es incomprensible y por lo tanto inútil sin un contexto previo. Para no caer en falacias circulares debemos recurrir a definiciones más o menos oficiales de la palabra "respeto" y "vida", aunque no creo que haya problema alguno para entender ese punto. En cambio, estoy seguro de que podríamos discutir durante horas respecto a lo que es la moral universal y a lo qué me refiero con las circunstancias y medios disponibles, un concepto en efecto ambiguo.

Es muy posible que muchos no estén de acuerdo con que haya una moral universal, pero yo creo que podemos afirmar que la hay, aunque no se haya puesto demasiado en práctica. Aunque algunas escuelas de pensamiento utilizan también ese término, según mi propia interpretación, tal es la tendencia nata sin influencias como las enseñanzas y prejuicios religiosos, raciales, sexuales, nacionales, culturales, clasistas y estamentales. Por lo tanto, el asesinato (al que se suele referir como el acto de mayor inmoralidad) no tendría cabida excepto cuando las circunstancias que rodean al individuo lo indultan de cargo moral: los humanos de antaño -al igual que los demás animales- debían matar para sobrevivir. No sólo para alimentarse, sino también para defenderse y proteger a su familia y territorio. Para ellos la violencia es necesaria. Nosotros no tenemos ya esa excusa.

Debido a esa necesidad, no sentían culpa entonces ni lo hacen ahora muchos otros: se trata del instinto de supervivencia, el único instinto absoluto que pertenece realmente a la naturaleza humana; por lo demás -y como ya mencioné- la genética produce propensiones no absolutas y es el entorno el que las dispara. Podría decirse que el afán por sobrevivir (primero uno mismo, luego los más allegados) es el único egocentrismo nato y no social.

En definitiva, cuantas menos razones tengamos para quitar una vida, más sensibilidad padeceremos. Sentiríamos una animadversión absoluta hacia la mera idea de quitar una vida en el hipotético caso de que la humanidad llegara a un punto en el que no deba matar a ningún ser vivo, incluyendo la muerte accidental de seres minúsculos. Nótese que no considero utopía que, por ejemplo, la humanidad deje de alimentarse de animales y de talar árboles indiscriminadamente. En contraposición, si tuviéramos que destruir todo a nuestro paso sólo para sobrevivir de forma natural, no sentiríamos ningún remordimiento haciéndolo.

Por supuesto, es fácil exponer los extremos de la moral universal y el respeto por la vida y dar por zanjada la discusión, pero en la realidad nada se muestra en blanco y negro. Ahí entra el equilibrio moral que hemos mencionado: en la vida real, debemos plantearnos las implicaciones éticas y morales de nuestros actos teniendo en cuenta nuestras circunstancias y los medios de los que disponemos. Desgraciadamente, esto no es nada fácil, pero podemos al menos tomar esta idea como base e inclinarnos a plantearnos al menos nuestras decisiones, esforzándonos por ignorar nuestros prejuicios.

Concluiré con la esencia de la idea que he tratado de compartir con vosotros: no podemos irnos a ningún extremo, ya sea puramente religioso, moral o ecológico y pretender no hacer daño a ninguna forma de vida, ya que tal idea es utópica con los conocimientos de los que disponemos a día de hoy. Por supuesto, tampoco debemos hacer justo lo contrario.

Si cada vez somos más sensibles a finiquitar vidas es porque cada vez precisamos menos de ello para asegurar nuestra supervivencia. No nos hemos vuelto "más humanos": las presiones bio-sociales nos han llevado a ello. Cuando no necesitemos hacerlo en absoluto, la mera idea nos repugnará. En cambio, en estos momentos ciertos sacrificios son necesarios; desde los insectos que pisamos sin querer hasta la experimentación no-invasiva de animales. Eso sí, nada de esto excusa la caza por diversión, ciertos experimentos que bien pueden considerarse tortura o la tala masiva de árboles. Las atrocidades que la mayoría etiqueta con orgullo de acontecimientos culturales y fomentadores de la economía son inexcusables.

Los animales matan porque deben hacerlo y nosotros hacemos igual. Simplemente, da la casualidad de que gracias a nuestra técnica podemos evitar muchas de estas muertes, y quizás algún día podamos evitarlas todas. De momento, lo mejor es ser lo más prácticos y justos que podamos, basándonos en una moral universal cuya definición general no deja cabida a discusión, y ayudar a las presiones bio-sociales que nos empujen a una sociedad moralmente más desarrollada.

10 comentarios:

Ashran dijo...

Es evidente que aún no estamos preparados para vivir en armonía con todas las demás formas de vida de la tierra, y probablemente nunca lo estaremos. Somos una raza imperfecta, al menos por ahora.

" ¿Ojo por ojo? ¿Hemos destruido la naturaleza y esta debe contra atacar? " Ahí me recordaste a la película "El Incidente", la cual me dio bastante que pensar en ese sentido.

Como siempre, un artículo interesante y entretenido.

Ashran.

asdf dijo...

Hace poco leí un artículo de Jorge Wasenberg en el que se hablaba sobre el aborto y qué tiempo en el vientre se consideraba vida o no. Y el artículo finalizaba comentando que las fronteras son de dos tipos: reales e ideales.

Las reales, son concretas (un boxeador puede pasar a "peso mosca" tan sólo con perder un gramo de peso) pero las ideales son imaginarias, y muy abstractas (¿cuándo diremos que una persona a la que le quitamos los pelos uno a uno es calva?)

La ciencia y, por desgracia, la humanidad, anda entre límites ideales. No sabemos el tiempo que ha de pasar para concretar qué es una vida. No sabemos cómo condenar a un asesino correctamente. Y lo más peligroso es la gente que roza esos límites no saben cuando parar.

Lo peor del caso es que alguien, queriendo acercarse a ese límite ideal, lo sobrepase (ya sea un científico que estudia los genes, como alguien que practique abortos) porque es cuando la polémica aparece y tienen lugar las grandes batallas entre "lo bueno" y "lo malo", cuando sabemos que en este mundo no hay ni bueno, ni malo.

Todo depende de cada persona, y de acercarse a los límites (que no extremos) sin intentar pasarlos.

Podrás comprobar que he tirado mi discurso hacia el lado científico, pero también podría haber hecho lo mismo con la ecología, la guerra, etc...

Es un tema que da mucho de que hablar, muy interesante, sí señor.

Theck dijo...

Voy a ser tan original de usar también la palabra interesante.

Y es que es quizá la que mejor ilustra el contenido del artículo, pues no acabo de estar de acuerdo con algunas cosas pero tampoco puedo estar en desacuerdo.

Me gusta sobretodo lo de las circunstancias y estoy total y completamente de acuerdo con ello. Si el contexto lo requiere mucha gente no tiene remordimientos después, aunque has de tener en cuenta que muchas veces, a posteriori, preguntas como "¿debía ser así?" o "¿podría haberlo evitado?" suelen venirnos a la cabeza y entonces si tenerlos. ¿Es algo cultural?, creo que solo en parte, al contrario que con los animales tenemos la capacidad de reflexión y de retrospectiva.


Por otro lado, no entiendo muy bien si cuando te refieres a "no tenemos necesidad de matar animales" querías decir "seres vivos", pero te advierto que cuando bajes a barna no te salvarás de discutir porque matar plantas parece que no sea tan inmoral como matar animales ;)

Un saludo,
Theck

LukaNieto dijo...

Oh, sí, fallo mio. En efecto, me refería a la matanza de seres vivos, no sólo animales. De hecho, leí por algún lado algunas pruebas que hicieron a unas plantas, y cuando "torturaban" a una de diferentes formas, el nivel de "estrés" de la cercana subía considerablemente. Muy extraño y muy oscuro ya que no sé ni donde lo leí, pero, de neuvo, es interesante.

Sí que disfrutaré discutiendo todo esto con Kratos, contigo y demás cuando vaya a Barcelona :)

Anónimo dijo...

al dias en que las persanas estan bien contigo y al dias que hasi se la pasan la vecina y mami

Theck dijo...

Voy a ser tan original de usar también la palabra interesante.

Y es que es quizá la que mejor ilustra el contenido del artículo, pues no acabo de estar de acuerdo con algunas cosas pero tampoco puedo estar en desacuerdo.

Me gusta sobretodo lo de las circunstancias y estoy total y completamente de acuerdo con ello. Si el contexto lo requiere mucha gente no tiene remordimientos después, aunque has de tener en cuenta que muchas veces, a posteriori, preguntas como "¿debía ser así?" o "¿podría haberlo evitado?" suelen venirnos a la cabeza y entonces si tenerlos. ¿Es algo cultural?, creo que solo en parte, al contrario que con los animales tenemos la capacidad de reflexión y de retrospectiva.


Por otro lado, no entiendo muy bien si cuando te refieres a "no tenemos necesidad de matar animales" querías decir "seres vivos", pero te advierto que cuando bajes a barna no te salvarás de discutir porque matar plantas parece que no sea tan inmoral como matar animales ;)

Un saludo,
Theck

Daniel Romero dijo...

Hola. ¿Siempre el matar a seres humanos puede considerarse homicidio? ¿Que opinas en caso de guerra entre países? ¿Y respecto a una revolución interna en un país? ¿En estos casos se vulnera el derecho a la vida?
Estoy seguro que si le preguntamos a los que dirigen estos conflictos alegarían que en estos casos ellos tienen derecho a matar al enemigo.
¿Que opinas para estos casos concretos y muy posibles?
Daniel Romero

Articws dijo...

No creo que la guerra sea una buena forma de resolver conflictos religiosos, geopolíticos o económicos, aunque bien lo pueda parecer a corto plazo, así que no, obviamente no considero que la guerra sea una excepción al respeto por la vida, por mucho que ocurra y por muy acostumbrados que estemos.

Luka Nieto dijo...

No creo que la guerra sea una buena forma de resolver conflictos religiosos, geopolíticos o económicos, aunque bien lo pueda parecer a corto plazo, así que no, obviamente no considero que la guerra sea una excepción al respeto por la vida, por mucho que ocurra constantemente y por muy acostumbrados que estemos.

jose luis tafur dijo...

es vueno saver cosas q uno no savia
 

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