"The Story of Stuff" - Capitalismo para idiotas

No es nuevo ni lo suficientemente complejo como para comprender los mecanismos que guían la economía estadounidense consumista (ni por lo tanto la global), pero The Story of Stuff es un documental crítico del sistema lineal capitalista que puede comenzar a abrir las mentes a gente que no comprende en absoluto la estupidez tras la lógica de dicho sistema. Tiene una secuela, The Story of Cap & Trade. Recomiendo ver ambos:

(Primer vídeo de tres)


Aun así, no puedo evitar la sensación de que la tal Annie Leonard no se adentra lo suficiente en el tema: saca a relucir los problemas del sistema de una forma totalmente abstraída de la realidad, lo cual es bastante curioso, teniendo en cuenta que el punto de partida de su critica es precisamente que "en la vida real, no sucede en una página en blanco". 

Al final, aunque tiene razón en básicamente todos los tecnicismos, su punto de vista me ha dejado perplejo: adopta esa extraña forma de pensar de "confiemos en que el gobierno haga lo correcto, ya que todo es culpa de las corporaciones, y cuando los políticos se den cuenta apoyarán de nuevo al pueblo", lo cual me extraña de alguien que ha pasado años indagando en el sistema. Primero, aclararé un punto: ningún gobierno apoya al pueblo ni ha sido así nunca. Jamás. Puede que sus fines estén en algún momento a la par que los del pueblo y estén todos contentos, pero eso no les impide pasar de la gente cuando aparece una bifurcación de ideas entre el pueblo y su clase dirigente. Si entendemos "gobierno" como lo entendemos hoy en día, no existe el gobierno del pueblo -una verdadera democracia- porque en cuanto existe el concepto de gobierno hay una posición de ventaja diferencial, hay un poder, hay una clase sometida. La civilización humana no existirá hasta que la estratificación de clases deje de existir por completo (y no hablo de comunismo: irónicamente, ellos también tienen clases a su modo). Aunque una democracia directa por vía electrónica sería un buen comienzo hacia una dirección que deshiciera por completo nuestro concepto de democracia y gobierno, no es tampoco la solución.

Me parece que -como la gran mayoría de los ecologistas- Leonard se ha centrado en los los síntomas del problema sin adentrarse en las causas, las raíces de todo este lío económico. Es evidente por sus palabras que confía en el sistema (cito textualmente: "el trabajo del gobierno es cuidar de nosotros"), pero cree que necesita un "arreglo"; tiene esa noción de que "no siempre fue así". Y aunque el consumismo ha incrementado, si volviéramos a la tendencia menos consumista de hará un siglo, solo tendríamos que esperar un tiempo a que volviera a ser como hoy en día otra vez. De nuevo, le ocurre como a la mayoría de activistas medioambeintalistas: no comprende que el sistema es así desde su misma base.

Pero no debería sorprenderme; si me ocurre, es porque tiendo a confundir términos, y la verdad es que entre sus filas podemos encontrar fanáticos nacionalistas y fervientes seguidores de Adam Smith como en cualquier lado, y a primera vista eso no tiene por qué ser una contradicción. No son ignorantes per se, sino que sus prejuicios les impiden ir más allá y proponer una dirección que cambiara por completo el sistema establecido, aunque sus convicciones ecologistas -sin ellos saberlo- lo exijan. De todas formas, quizás la mujer del vídeo hable así sólo por acceder de forma más fácil al público general -- pero dudo que así sea.

Básicamente, la situación puede resumirse a:
  • Si se aplica un sistema de gestión sostenible, el sistema político se derrumbará tarde o temprano.
  • Si no se aplica un sistema de gestión sostenible, el mundo se derrumbará tarde o temprano.
No sé lo que pensará la mayoría de los que estén preocupados por este afortunado trozo de tierra repleto de vida en un universo virtualmente muerto, pero yo repudiaré todo este sistema político-económico sin pestañear si eso evita la dirección que hemos tomado ahora: la de la extinción de todos nosotros por pensar sólo a corto plazo y por tomar en cuenta valores ficticios -- factores que, me gustaría recordar, son inherentes en un sistema monetario.

¿Cuál podría ser una solución viable? De eso hablaré próximamente.

El sensacionalismo de la gripe A

Hoy venimos con una noticia cuya trascendencia contextual es más importante que el contenido en sí: un principal medio de comunicación ha delatado lo que ya todos sabíamos, que un puñado de ricos ha aprovechado el sensacionalismo alrededor de la gripe A para enriquecerse aun más. ¿Quién lo ha comentado? Un tal Gabilondo del canal español Cuatro.



Según creo, este hombre suele dar su punto de vista en sus informativos y lo que hemos oído no constituye la opinión de la cadena, pero aun así me parece un mensaje contundente. Cuando los medios masivos de comunicación empiezan a escandalizarse ante negocios tan turbios significa que algo va muy mal.

Network - ¡Soy un ser humano, maldita sea!

Network no es más que una película estadounidense no muy relevante de 1976. Pero...


"No tengo que deciros lo mal que están las cosas; todos lo saben. El dólar cuesta menos, los bancos están quebrando, los vendedores guardan un arma bajo el mostrador, los vándalos andan sueltos, y nadie parece saber lo que hacer, y no hay fin para esto.
Sabemos que el aire no es apto para que lo respiremos y que la comida no es apta para que la comamos. Nos sentamos a ver la televisión mientras algún presentador local nos dice que hoy ha habido quince homicidios y sesenta y tres crímenes violentos, ¡como si así debiera ser! Pero sabemos que las cosas están mal, ¡peor que mal! ¡Están locos! ¡Es como si todo el mundo se hubiera vuelto loco! Así que ya no salimos. Nos sentamos en casa y el mundo en el que vivimos va empequeñeciendo, y sólo decimos: "¡Por favor, al menos dejadnos en paz en nuestro salón! Dejadme tener mi tostadora, y mi televisor, y mis neumáticos y no diré nada, ¡pero dejadnos en paz!" Bueno, pues yo no os voy a dejar en paz: ¡Quiero que os enfadéis!
No quiero que protestéis ni os rebeléis. No quiero que escribáis a vuestro congresista, porque tampoco sabría deciros qué escribirle. No sé qué hacer con la depresión, y la inflación, y los rusos y el crimen en las calles... ¡Solo sé que primero hay que enfadarse! Debéis decir: "¡Soy un ser humano, maldita sea! ¡Mi vida tiene valor!"

"¡Tenemos problemas! Porque vosotros y otros 62 millones de estadounidenses me estáis escuchando ahora mismo. Porque menos del 3% de vosotros lee libros. Porque menos del 15% de vosotros lee periódicos. Porque la única verdad que conocéis es la que os llega a través de este Tubo. Ahora mismo, hay toda una generación que no conoce nada que no haya salido de este Tubo. Este Tubo es el evangelio, la gran revelación. Este Tubo puede crear o destruir presidentes, papas, primeros ministros... Este Tubo es la fuerza más impresionante en todo el mundo impío, y ay de nosotros si cae en las manos equivocadas. Cuando la mayor compañía del mundo controla la fuerza propagandística más aterradora de todo el mundo impío, ¿quién sabe qué coño nos harán pasar por verdad en esta cadena?
Así que escuchadme. Escuchadme. La televisión no es la verdad. ¡La televisión es un maldito parque de atracciones! La televisión es un circo, un carnaval, una compañía ambulante de acróbatas, cuenta cuentos, bailarines, cantantes, malabaristas, monstruos de feria, domadores de leones y jugadores de fútbol. ¡Estamos en la industria de matar el aburrimiento! Pero vosotros os sentáis ahí, día tras día, noche tras noche, gente de todas las edades, colores, credos... Nosotros somos todo lo que conocéis. Empezáis a creer las ilusiones que aquí nos inventamos. Empezáis a pensar que el Tubo es la realidad y que vuestras propias vidas son lo irreal. Hacéis lo que el Tubo os diga: os vestís como el Tubo, coméis como el Tubo, criáis a vuestros hijos como el Tubo, ¡incluso pensáis como el tubo! ¡Esto es demencia en masa, maníacos! Por dios, ¡vosotros sois lo real!. ¡Nosotros somos la ilusión!"
¿Acaso no os suena? Cada vez que lo veo, al igual que me ocurre con el discurso de Chaplin en El Gran Dictador y me ocurrió con la llamada de atención de cierto veterano, un escalofrío real cruza mi espalda como un rayo.