Escépticos - ¿Milagro?

Esta semana Escépticos habla de los 'productos milagro' tan típicos en la industria cosmética, basados sobre todo en falsa ciencia, charlatanería y puro marketing engañoso.


Esta clase de estafas no son nada nuevo pero, como se dice en el episodio, últimamente se han abrigado bajo el respeto y misterio que evoca la ciencia usando su terminología. La baba de caracol y las pulseras magnéticas son los mejores ejemplos de la utilización de términos que suenan científicos, comprobados, fiables... pero en realidad no significan nada.

Antes era la magia. Luego la alquimia. Durante el siglo XX fue el poder del átomo. Ahora le toca a la nueva ciencia, y nos encontramos con disparates como la transformación de los genes a base de cremas y hologramas magnéticos que nos ayudan en básicamente todo lo imaginable... ¡Más aún: nos ayudan en todo lo que queramos! Ese es el poder del placebo.

Sin duda esto se debe a un fallo garrafal en la educación y también a la ausencia de regulación en este país sobre lo que puede decirse al anunciar un producto. Aunque esto se trata a fondo en el episodio, he de decir que nada supera al gag recurrente en el que los muchos especialistas calvos del episodio y el mismo presentador, Luis Alfonso Gámez, muestran su brillante cráneo como evidencia de la ineficacia de los crece-pelos.

Hipótesis, Modelo, Teoría y Ley

Entre los más extremistas (e ignorantes en extremo) de los anti-ciencia encontraréis declaraciones como esta: «Pero la evolución es solo una teoría». Sí, pero borrad el "solo". En la ciencia los términos hipótesis, modelo, teoría y ley son grados en una escala pero sin duda no comparten su significado y jerarquía coloquiales. Si creéis que una teoría llega a convertirse en ley o en hecho puede que tengáis que leer este texto. De vuelta a lo básico.

Una hipótesis es en esencia lo que la gente cree: una suposición razonada, la sugerencia de un modelo que necesita ponerse a prueba. ¿Y qué es un modelo? Es una representación útil pero falsa de una hipótesis que funciona parcialmente. El mejor ejemplo es el modelo atómico de Bohr, que figura a los electrones en órbita alrededor del núcleo como si fuera un sistema solar: el modelo es de mucha ayuda pero no pretende ser una representación real del átomo.

Luego está esa palabra. Esa maldita palabra tan maltratada a manos de los creacionistas que deberían acusarles de violar al concepto. Por supuesto, se trata del término teoría. Aunque suela ser sinónimo de hipótesis ese no es su uso científico. En términos sencillos, una teoría es una hipótesis probada, un modelo demostrado que explica ciertos hechos. La Teoría de la Evolución no se descubrió dando palos de ciego. La Teoría del Big Bang no es una idea vaga.

¿Entonces qué es una ley? ¿Por qué estudiar teorías cuando hay leyes naturales que funcionan como si las hubiera escrito en piedra un padre espacial obsesionado con el control? Aunque decepcione a aquellos que siguen los mandamientos de tribus desérticas de hará dos o tres mil años, la verdad es que una ley solo es la descripción fundamental y matemática de un hecho o grupo de hechos que se repite sin excepciones conocidas. Ni más ni menos.

Por ejemplo, la Ley de la Gravitación básicamente dice que «las cosas caen». Para ser justos, es más complicado: «todo objeto con masa en el universo atrae a todos los otros objetos con masa con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa». Es una ley (y una de las cuatro fuerzas fundamentales del universo) porque no se ha observado ninguna excepción a la regla.

Una ley es una declaración de hechos. ¿Pero cómo ocurrieron? Para responder necesitamos una teoría, que en el caso de la Ley de la Gravitación es la Teoría de la Gravedad. Esta trasciende la simple descripción matemática y nos informa de cómo ocurre de hecho y de cuáles son sus causas. Las leyes no superan a las teorías: unas se ocupan de declarar hechos y las otras los explican. Ambas son necesarias para comprender cualquier fenómeno.

Pero si eso es cierto, ¿cómo es que no hay una ley equivalente para la Teoría de la Evolución? Sencillamente, la evolución no puede describirse como una ley porque el concepto no es aplicable: no existe ni existirá jamás una fórmula matemática de la evolución. La biología rara vez puede expresarse con precisión matemática porque la vida es demasiado compleja. Por supuesto, técnicamente es posible idear una Ley de la Evolución pero solo la omnisciencia nos la podría obsequiar. A menos que la reduzcamos a «La vida evoluciona», claro.

Puede que tras distinguir estos términos se vuelva más obvio por qué supone una afronta a la inteligencia humana el poner avisos como «La evolución solo es una teoría» en los libros de texto de tantísimos niños estadounidenses e islámicos. Sí, es cierto que hay cientos de libros ilegibles dedicados a todas las minucias de los refuerzos filosóficos de estas nociones. Pero también es cierto que estos términos pueden explicarse en cinco minutos.

Aquellos que argumentan que «solo es una teoría» no tienen excusa: son estúpidos a fondo o deshonestos con malicia. En cualquiera de los casos no deberían legislar sobre la educación.
(The original article written in English here: Hypothesis, Model, Theory and Law)

Hypothesis, Model, Theory and Law

Among the most extremist -and extremely ignorant- of the anti-science crowd you will come across statements such as this: "But evolution is only a theory." Indeed, but scratch the only. In science, the terms Hypothesis, Model, Theory and Law are indeed gradations in a scale but they certainly do not share their coloquial meaning or hierharchy. If you think a scientific theory ever becomes a law or a fact you may need to read the following. Let's go back to the basics.

A Hypothesis is pretty much what people think it is: an educated guess, the suggestion of a Model which needs further testing. And what is a Model exactly? That is a useful but untrue representation of a partially workable Hypothesis. A great example of this is the Bohr model of the atom, which depicts electrons circling the nucleus in an orbit not unlike the solar system: the model is very helpful but it is in no way supposed to be a true depiction of the atom.

Then there is that word. That wretched word so misused and mishandled by creationists that they should be prosecuted for raping the concept. It is of course the term Theory. It is usually synonimous with Hypothesis -but that is not its actual usage in science. Simply put, a Theory is a Hypothesis that has been proven to work, a demonstrated model that explains certain facts. The Theoy of Evolution is not a blind stab in the dark. The Big Bang Theory is not a wild guess.

What is a Law then? How is any Theory worth studying when we have actual natural laws that work as if they were written in stone by a control freak space daddy? As much as it might disappoint those who follow the commandments of sand people that lived two or three thousand years ago, the truth is that a Law is just the fundamental mathematical description of a fact or group of facts that repeat without any known exceptions. Nothing more, nothing less.

For example, the Law of Gravitation basically says "things fall". To be fair, it is a bit more complicated than that: "every point mass in the universe attracts every other point mass with a force that is directly proportional to the product of their masses and inversely proportional to the square of the distance between them.". That is a Law (and one of the four fundamental forces of the universe) because there has not been observed any exceptions to the rule.

A Law is just a statement of fact. But how did that happen? To answer that we need a Theory, which in the case of the Law of Gravitation is the Theory of Gravity. This goes beyond the simplest mathematical description of the thing and tells us how it actually works and what causes it. Laws are not above Theories -one is only concerned with statements of facts and the other one explains those facts. Both are needed to understand any given phenomenon.

But if that is true how is it that there is not an equivalent supporting Law for the Theory of Evolution? Plainly, evolution cannot be described as a Law because the concept does not apply: there is not, and never will be, a mathematical formulation of evolution. Biology can rarely be expressed with mathematical precision because life is just so complex. Of course, it is technically not impossible to devise a Law of Evolution, but nothing short of omniscience would grant us such a gift of knowledge. Unless we boil it down to "Life evolves," of course.

After making those distinctions it might suddenly become more obvious why it is such an affront to human intelligence to put warnings such as "Evolution is only a theory" in the Biology textbooks of so many American and Islamic children. It might be true that there are hundreds of long, boring books devoted to the tiniest minutia around the philosophical underpinnings of these concepts. But it is also true that these terms can be explained in literally five minutes.

There is no excuse for using the "Only a Theory" argument: these people are either profoundly stupid or maliciously dishonest. None of those tributes qualify anyone to legislate on education.
(El artículo traducido al castellano aquí: Hipótesis, Modelo, Teoría y Ley)

Escépticos - ¿Homeopatía?

Esta semana Escépticos habla de la homeopatía, la terapia alternativa más popular y rentable.


La decisión de centrar un episodio completo en la homeopatía fue la correcta, y no solo porque sea la medicina complementaria más conocida y vendida sino porque el programa trata de forma distinta a esta práctica que al resto de terapias alternativas. La curación de fe y similares yacen sobre un fundamento lógico profundamente fallido, observable mucho antes de adentrarnos en si obtiene resultados o no. En esencia, en aquel episodio se les tomó a broma porque son una broma y no de muy buen gusto. La homeopatía es otra historia.

Por desgracia, el episodio empieza de forma desastrosa: el ejemplo práctico del lago y la naftalina es profundamente estúpido. Funcionaría muy bien como ejemplo análogo pero, como podría aclarar un homeópata o cualquiera que se moleste en mirar la descripción de la esta terapia alternativa, la homeopatía no funciona así. Curiosamente, más tarde en el episodio sí que se da una definición adecuada y ejemplos reales, pero sin duda no es un gran comienzo.

Aún menos certera es la percepción popular de la homeopatía: no, la homeopatía no son simplemente hierbas machacadas en un tarro. Tras esa confusión Luis Alfonso Gámez ofrece una definición servible de la terapia y presenta a homeópatas profesionales que, en contraste a los que dejaron en ridículo a su campo en el episodio de las medicinas alternativas, representan a la homeopatía con sus mejores argumentos y ofrecen una buena imagen.

El episodio en sí no me ha interesado mucho personalmente, pero eso es porque se trata de una televisación de un debate muy frecuente para mi: ¿cómo es que la homeopatía funciona si no suele existir una sola molécula del ingrediente activo? La hipótesis principal es que el agua almacena memoria de alguna forma, pero este mecanismo ha resultado no ser una posibilidad particularmente viable. Pero, por supuesto, que el mecanismo sea desconocido y no podamos idear uno siquiera plausible no descalifica automáticamente a la homeopatía.

Y entonces se habla de sus resultados: ¿tiene la homeopatía algún resultado? Sí, es obvio que medicarse con homeopatía causa mejoras visibles: alivia el dolor y por tanto es en ese sentido efectiva. Pero luego, ¿es la homeopatía la causante de dichas mejoras o no es más que el efecto placebo con una preparación innecesariamente complicada y por tanto cara? Muchos estudios dicen que la diferencia con un placebo de control es nula y los metanálisis parecen mostrar dicho consenso, pero luego existe un contra-argumento muy inteligente: ¿como puede tratarse del efecto placebo si funcionan también con animales y bebés, que no saben que están medicándose? Ya lo explicamos en un ensayo de Ciudadanos del Mundo:
«Un descubrimiento más curioso y desconocido aún es que ni siquiera es necesario ignorar que [el medicamento] se trata de un falso objeto para que funcione, aunque el efecto será muchísimo menor. A la inversa, el sujeto tampoco tiene que ser consciente de qué se supone que es el objeto. Así ocurre con las mascotas y los bebés, que a pesar de ignorar el concepto "medicamento" sí que están condicionados para responder a los estados de ánimo de sus cuidadores, por no hablar del efecto considerable que tiene el contacto humano sobre los bebés y animales, como la reducción del ritmo cardíaco en perros y caballos. Este hecho responde a las alegaciones de que los perros y bebés mejoran con ciertos remedios de la medicina alternativa: son anécdotas y no estudios de doble ciego que evitarían el condicionamiento y la empatía.».
En otras palabras, apelar a los animales y personas que no solo ignoran el concepto de homeopatía sino también el de medicamento se trata de un fallo metodológico evitable con el doble ciego, que es un tipo de prueba sucintamente pero bien explicado en el episodio. Tras tener eso en cuenta, la homeopatía no solo se queda con una ausencia de mecanismo viable sino también con muy serias dudas de que sea más eficaz que cualquier otro placebo.

En última instancia, Escépticos sigue sin decir nada nuevo para aquellos que ya estamos en el debate popular pero cumple su propósito de divulgar el lado científico de estas cuestiones.

Escépticos - ¿Ciencias ocultas?

Escépticos, el programa de José A. Pérez presentado por Luis Alfonso Gámez, ya está a mitad de camino en su temporada y se adentra por fin en el mundo del ocultismo y la magia.


Los giros históricos que ha dado el ocultismo son muy interesantes. Hasta el siglo XIX fue algo relacionado exclusivamente con la religión, pero con el romanticismo surgió la fascinación por los ilusionistas y los enlaces con el más allá. Aunque sea triste admitirlo, hoy la gente se lo toma más en serio que entonces: por ejemplo, la Ouija fue inventada como un juego de mesa y era saber más común que no se trataba de espíritus sino de una respuesta ideomotriz.

Pero llegó la New Age y florecieron los bulos sobre lo paranormal. Teniendo en cuenta lo anti-corporativista que suele ser esta generación tan crédula, no deja de ser irónico que muchas de estas prácticas se manufacturaran y vendieran para contentarlos: se ha creado toda una industria a costa de la credulidad humana, desde los mediums hasta los cristales sanadores.

En cambio, en los últimos años el ocultismo ha dado otro giro radical y ahora la manera de explicar estos supuestos fenómenos es con lenguaje científico y datos falsos que suenan bien: por lo visto, se debe al potencial inexplorado del cerebro, ya que «solo usamos el diez por ciento». Vivimos en una época en la que la ciencia se respeta, si bien sea más por el miedo a su complejidad que por una verdadera comprensión, así que es de esperar que los mediums y sanadores dejen atrás el afán por el misticismo y se cubran de pretensiones científicas.

Di no al ACTA

El Acuerdo comercial anti-falsificación, más conocido como ACTA por sus siglas en inglés (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), es una propuesta para establecer estándares internacionales del cumplimiento de los derechos de propiedad intelectual.

No solo ha recibido fuertes críticas por sus fines sino también por sus medios: se está negociando con considerable secretismo y de forma no democrática entre representantes no electos de varios países. Y si los medios son tan ruines, ¿qué se puede esperar del fin?


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Entre otras muchas cosas el acuerdo afectaría sobremanera al futuro de Internet. Nos podríamos olvidar de compartir archivos. No solo de aquello normalmente calificado como piratería: ¿soléis ver clips de series de televisión y películas en Youtube? ¿Guías de videojuegos? Si vuestro país firma el acuerdo, podréis olvidaros de todo eso.

Se prevé que 39 países aceptarán esta propuesta. Sí, el medio es aún más insultante que el fin: el ACTA circunvala a los poderes legislativos y a las organizaciones internacionales para servir a la industria del entretenimiento, que en lugar de poner al día su modelo de negocio pretende censurar la fuerza imparable que ha supuesto Internet en el uso compartido de archivos: el acuerdo impondría sanciones criminales contra los proveedores de servicios de Internet que no censuren a sus usuarios, convirtiéndolos a la fuerza en policías de Internet. Esto supone una violación de la libertad de expresión, pero no solo afectaría a Internet: entre otras cosas, el ACTA dificultaría el acceso de medicamentos genéricos a los países pobres.

El acuerdo engloba toda propiedad intelectual y viola casi tantas libertades, así que si queréis echarle un vistazo más profundo, en La Quadrature du Net encontraréis un análisis de la versión final del acuerdo, más sutil en su redacción pero igual de atroz en su intención. En cambio, no todo está perdido: las protestas contra el ACTA crecen y los políticos no se ponen de acuerdo. Un estudio de la Unión Europea indicaba que el acuerdo contiene graves defectos legales y recomienda que se rechace su ratificación en el Parlamento de la Unión Europea.

Hará exactamente un mes se dio una ceremonia en la Estados Unidos, Canadá, Japón y otras cinco naciones firmaron el acuerdo. La comunidad europea no firmó. En los próximos meses el Parlamento Europeo tendrá que votar si consentirá el ACTA. Hasta entonces, haceos oír.