Miradas

A veces, simplemente camino por mi barrio sin ninguna motivación, solamente por hacerlo. Consciente de que soy también uno de ellos, miro al suelo para evitar esos ojos de miradas vacías por la inconsciencia que produce la maquinaria del sistema: las de ancianos que añoran otros tiempos, vidriosas; otras grises de los trabajadores que cada mañana acuden a la misma rutina que los estrangula; las de niños felices sin conciencia de la realidad… Todas ellas miradas, al fin y al cabo.

Una nostalgia prendada de mi pecho me hace recordar, mientras suena alguna pieza de Bach en mi MP3, aquellos tiempos de ignorancia y felicidad, cuando todo era fácil, las decisiones se basaban en el presente y nada perturbaba un futuro sin problemas. Ahora en cambio la sociedad empieza su proceso de fagocitación, atrapándote en sus fríos tentáculos y tirando de manera imperceptible tu alma hacia un negro abismo de maquinismo y rutina que se alimenta de tus sueños.

Aún, mientras me debato entre sueño y realidad, recuerdo como si intentara rescatar algún fragmento de sensación de libertad para mitigar este dolor, intentar rescatar de entre los días vacios de mi baúl de recuerdos alguna foto en la que me veía sentado en una terraza desafiando a la noche, riendo con la luna, soñando con ser libre en cada estrella, saludando al sol y yéndome descortésmente a dormir cuando este se hallaba aun desperezándose. Pequeñas burbujas de oxigeno en un asfixiante entorno.

Ahora, ¿qué es lo que te queda? Despertar cada mañana esperando el momento de irte a dormir para volver a ese lugar recóndito de la mente donde la calma es palpable, donde el alivio onírico es el único respiro posible para el espíritu junto con algún momento a solas, tirado en el suelo de tu habitación escuchando alguna canción que mitigue tus ansias de libertad.

Amigos, al principio creía en una revolución peliculera, una de esas en las que todo el mundo sale a la calle con banderas al grito de “¡Revolución!”, pero ahora, al ver a la gente adorando al sistema que les despelleja la espalda a latigazos día a día y matando y muriendo por él en algún país lejano, mientras familias sufren en sus hogares, la cosa ha cambiado.

El fuego que impulsaba mi ignorante insumisión, que creía que alumbraría al mundo, resulta no ser más que una insignificante vela que apenas me calienta las manos. Pero cada mañana me recuerdo que no debo permitir que ese pequeño haz de luz se apague con los vientos y cantos de sirena que alguien manda día a día. Lo fácil que se mantenía la llama y lo duro que es mantener una simple velita encendida.

Llegando ya al final de esta melancólica divagación por los callejones de mi mente, os diré algo: no olvidéis que cada uno de vosotros debéis mantener vivo ese fuego, y aunque la revolución no sea global, cada uno lleva dentro su pequeña revolución, apenas perceptible, y más de aires románticos que prácticos, pero no perdáis la esperanza, algún día amigos, algún día...

Espectacular discurso de un veterano

Son muchos los que intentan dar a conocer la criminalidad de la guerra de Iraq y, porque no, de todas las guerras habidas y por haber. En cambio, rara vez nos llegan tales declaraciones por parte de alguien que ha estado allí, de un veterano de guerra. Y rara vez tales mensajes son tan emotivos.


Sin duda, un gran discurso en contra de las guerras y de quienes nos las venden porque es rentable. Si ocurriera como dice el ex-soldado, si de verdad la gente despertara y se limitara a ignorar (no hablo de actuar, de revolucionarse; no hablo de un esfuerzo sobrehumano) a los que nos dicen cómo debemos pensar,  se abrirían las puertas a un nuevo mundo. No sería un mundo feliz automáticamente, no se arreglarían todos los problemas; pero el primer paso es que todos aceptemos el problema. Eso es abrir las puertas a un mundo mejor.

"La rebelión de las masas" de Ortega y Gasset

Quizás hayáis notado que muchas de las últimas citas de la semana son de Ortega y Gasset, todas en su obra "La rebelión de las masas". En efecto, la he estado leyendo y apuntando frases memorables. Aunque no coincido con el autor en muchos asuntos, parte de lo que dice me ha llamado mucho la atención, sobre todo en lo que respecta a la figura del intelectual, la democracia y sobre todo la masa.
"La misión del llamado 'Intelectual' es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, consistir en confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de hemiplejía moral"

"Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. Es el deporte y el lujo específico del intelectual. Por eso su gesto gremial consiste en mirar el mundo con los ojos dilatados por la extrañeza. Todo en el mundo es extraño y es maravilloso para unas pupilas bien abiertas. Esto, maravillarse, es la delicia vedada al futbolista, y que, en cambio, lleva al intelectual por el mundo en perpetua embriaguez de visionario"

"La masa puede definirse [...] sin necesidad de esperar a que aparezcan los individuos en aglomeración. Delante de una sola persona podemos saber si es masa o no. Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo -en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente 'como todo el mundo', y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demás"

"El alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera. Como se dice en Norteamérica: ser diferente es indecente. La masa arrolla todo lo diferente, egregio, individual, calificado y selecto"

"¡Que un tiempo se llame a sí mismo 'moderno' , es decir, último, definitivo, frente al cual todos los demás son puros pretéritos, modestas preparaciones hacia él!"

"La libertad de espíritu, es decir, la potencia del intelecto, se mide por su capacidad de disociar ideas tradicionalmente inseparables. Disociar ideas cuesta mucho más que asociarlas"

"En el sufragio universal no deciden las masas, sino que su papel consistió en adherirse a la decisión de una u otra minoría"

"El poder público, el Gobierno [...] no aparece como comienzo de algo cuyo desarrollo o evolución resulte imaginable. En suma, vive sin programa de vida, sin proyecto. No sabe donde va porque, en rigor, no va, no tiene camino prefijado, trayectoria anticipada. [...] De aquí que su actuación se reduzca a escapar de él por el pronto, empleando los medios que sean, aun a costa de acumular con su empleo mayores conflictos sobre la hora próxima"
Es ciertamente extraño: si bien nuestra ideología no concuerda en muchos aspectos, sus definiciones de la política y la sociedad son simplemente geniales y acertadas aunque nuestros tiempos ni siquiera coincidan.