Richard Wilkinson - La desigualdad económica y la salud

Richard G. Wilkinson es un investigador de desigualdes sociales y sus efectos en la salud que, junto con Kate Pickett, escribió la obra The Spirit Level, en la que analizaba la correlación entre la distribución más igualitaria de la riqueza y una mejor salud, menos violencia, abuso de drogas, madres adolescentes, enfermedades mentales, obesidad y otros muchos factores.

Se trata de una gran obra con información esencial que, de ser aceptada, transformaría todo el sistema económico. En cambio, no es el libro más accesible, con muchas gráficas y listados que no podrán mantener a nadie leyendo en vela. Por eso la nueva TED Talk de Wilkinson es una gran noticia: supone un gran punto de acceso a su tesis socioeconómica.


Wilkinson da vida a la conferencia exactamente como al libro: antes de meterse en el análisis, observa que siempre hemos tenido la intuición de que la desigualdad es conflictiva y socialmente corrosiva. Quizá sea una obviedad. Pero ahora de hecho podemos demostrarlo.

Antes de nada desestima el Producto Interior Bruto como verdadera medida de progreso: no existe correlación alguna entre la expectativa de vida y el PIB, aunque sí la haya entre los ricos y pobres dentro de una sociedad particular. Esto se debe a que en una sociedad miramos a los ingresos relativos, la verdadera relación entre la riqueza de individuos: por eso en los países desarrollados el bienestar medio de una sociedad ya no depende del PIB.

De hecho, hasta cierto punto los ricos también se benefician de una sociedad igualitaria. Este dato es esencial para responder a la posición de la derecha hacia la igualdad de ingresos y los mayores impuestos para los ricos. Estas son las dos posibles vías hacia la igualdad social que expone Wilkinson: la indirecta, redistribuyendo los impuestos como en Dinamarca y Finlandia, y la directa, ofreciendo de antemano salarios más igualitarios como en Japón.

Wilkinson también indica que, además de las obvias ventajas y desventajas de ser rico y pobre, la diferencia social en sí misma resulta en ansiedades psicosociales. Al igual que se hizo en nuestro ensayo de la Naturaleza humana, Wilkinson explica estos datos sociológicos apelando a estudios bio-psicológicos: las tareas que peligren el estatus social elevan más los niveles de la hormona cortisol, resultando en mayor estrés y por tanto en mayores posibilidades para las clases bajas de sufrir ataques al corazón y otras condiciones.

Sin duda, The Spirit Level merece la pena y por ello está presente en la bibliografía de Ciudadanos del Mundo, pero esta versión condensada y digerible en forma de conferencia consigue transmitir el mensaje crucial: a mayor igualdad social mejor es la sociedad.

Grecia: «Puta de Europa 2012-2020»

Tras semanas de indecisión y con una Grecia en ruinas, en la cumbre del miércoles pasado la Unión Europea tomó por fin una decisión. El plan, liderado por Alemania y en parte Francia, consiste en convencer a los bancos de que acepten la quita del 50% de la deuda helénica.

¿Se puede actuar con mayor futilidad? La semana pasada ya dijimos que ni una quita del 60% sería suficiente para que Grecia acabará con más productividad que deuda en la próxima década. Además, en un plan basado en promesas políticas y no en decisiones concretas, la UE ha dado a la banca hasta junio para que recapitalice todo el sector financiero europeo.

Y España no se queda muy atrás: está al borde del precipicio junto con Grecia. La Autoridad Bancaria Europea estima que, para remontarse, los cinco mayores bancos españoles necesitarán recapitalizarse en más de veinticinco mil millones de euros. Como comparativa está Alemania en la cola, con cinco mil millones, y en lo alto Grecia, que necesita recapitalizarse en unos treinta mil millones de euros para sobrevivir económicamente.

Por supuesto, el pueblo griego no acepta la decisión. Las protestas, más continuas que en ningún otro país occidental, tuvieron ayer otro empujón al centrarse en el líder del acuerdo de la deuda: el gobierno alemán. Los manifestantes afirman que con este acuerdo han perdido parte de su soberanía y, teniendo en cuenta que el proceso será supervisado directa y estrictamente por el gobierno de la canciller Merkel, es muy probable que así sea.

Es importante comprender que nada de esto había ocurrido antes en la Unión Europea: a efectos prácticos, la economía Griega y por tanto todo el país pertenecerá durante las próximas décadas a las grandes entidades financieras europeas y a Alemania.

Stephen Fry - La Importancia de la Incredulidad

Existen razones para la incredulidad. Ese es y siempre ha sido el foco del debate irreligioso. Al fin y al cabo, el racionalismo y el empirismo no persiguen una forma de contentarnos o complacernos sino la mayor aproximación a la verdad. En palabras de Gustave Le Bon:
«La ciencia nos prometió la verdad o, al menos, el mayor conocimiento accesible a nuestra inteligencia: no nos prometió jamás ni la paz ni la felicidad».
Por tanto, rara vez se trata la importancia de la incredulidad. Al margen de si es cierta, pocos se han centrado en la tesis de que la ausencia de creencia religiosa es también mejor. Pero eso ha hecho Stephen Fry, afamado actor, cómico, símbolo nacional y humanista:


Stephen Fry afirma que no sería una buena idea creer en la la inmortalidad del alma incluso si resultara ser cierto. Su lógica es que dicha creencia es tan reconfortante que llega a ser un opioide y se convierte en un obstáculo para una vida realizada al permitir la racionalización de una eternidad en la que realmente haremos algo de provecho e interés.

También trata su aborrecimiento particular del monoteísmo. Mientras la idea del Dios creador no explica nada al intentar explicarlo todo, el politeísmo es totalmente justificable en la era pre-científica: provee a cada fenómeno de un animus interior, de una personificación de los principios de la naturaleza. En cierto modo, cada dios griego es la versión primitiva de las teorías sociológicas, biológicas, geológicas y cosmológicas propias de las ciencias modernas.

Sin lugar a dudas, no puede decirse lo mismo del concepto de Dios creador del monoteísmo, que en última instancia no es más que el equivalente divino de sacar al conejo de la chistera.

Escépticos - ¿Modificación genética?

Escépticos, el nuevo programa escrito por José A. Pérez y presentado por Luis Alfonso Gámez, deja de lado por primera vez las doctrinas acientíficas y aborda la respuesta irracional a una cuestión en principio muy científica: los organismos modificados genéticamente.


Las críticas al principio metodológico de la modificación están confusas: llevamos milenios modificando el alimento y el ganado a través de la selección artificial y, simplemente, ahora somos capaces de hacerlo mucho más rápido y con más certeza. Las imágenes de este episodio que muestran plátanos, fresas y tomates silvestres esclarecen algo que debería ser obvio para todos: en el proceso transgénico no se pierde ninguna naturaleza o pureza, ya que no existía para empezar. La agricultura de cualquier tipo es intrínsecamente artificial.

Todo este pánico surge de la confusión respecto a lo que significa "natural". El término pierde todo significado posible si se usa como sinónimo de sano y puro, y su verdadera definición es sencilla: aquello que se da en la naturaleza sin intervención alguna. Esto puede ser bueno, malo o irrelevante para el ser humano, como todo lo afectado por la selección natural.

Aunque "naturaleza" no equipare a "sanidad", el concepto en sí es válido. Pero la pureza simplemente no existe: afirmar que existe una versión pura de un organismo es no entender la evolución. La selección natural se mide en tiempo geológico. La selección artificial se mide en centenares y miles de años. La nueva selección artificial podemos observarla con nuestros propios ojos. Sea lento o no, el cambio es constante: no existe una versión pura u original.

Una cuestión muy distinta es la económica. Si bien el principio científico es sensato, su uso no suele serlo: las multinacionales como Monsanto acostumbran a patentar con copyright la semilla y pretenden evitar que las próximas generaciones florezcan, lo cual es muy peligroso. Si bien no es tan dramático, sí que es una pérdida de potencial su uso para que el producto sea, por ejemplo, visualmente más agradable en lugar de más duradero y resistente. Y finalmente, aunque los transgénicos tienen un gran potencial en países pobres, por su mayor tamaño, crecimiento rápido y posibilidad de evitar enfermedades, esto no ocurrirá mientras las empresas que poseen las patentes sigan teniendo como único fin el ánimo de lucro.

No es racional el catastrofismo sobre la pérdida de la biodiversidad y las enfermedades latentes hipotéticas, pero es cierto que cuanto menos dependa el sistema económico del ánimo de lucro más provecho social se podrá sacar de esta técnica.

Elecciones y disensiones en Túnez y más allá

Como un dominó, el ciclo revolucionario árabe comenzó a derribar gobiernos en enero: a Ben Ali le siguió Mubarak y tras una guerra civil también Gaddafi. Y ahora mismo los líderes de Baréin, Siria y Yemen se enfrentan a un alzamiento popular con tales augurios: el gobierno yemení en particular no se enfrenta ya solo a los manifestantes sino también a la nueva resolución unánime de la ONU que condena su violencia y exige la renuncia de Saleh.

Pero con el tiempo las piezas de dominó han dejado de caer y otras nuevas se alzan. Ayer fueron las primeras elecciones abiertas de Túnez en varias décadas, que también suponen las primeras elecciones como resultado de las revoluciones árabes. En cambio, no son elecciones generales: su fin es elegir una asamblea constituyente que reforme o reescriba la constitución.

Los partidos con más posibilidades eran por un lado el Nadha, un partido derechista islámico moderado, y por el otro lado varias propuestas laicas y liberales. Si bien la revolución tunecina se desencadenó por razones económicas, el mayor punto de conflicto de cara a las elecciones ha sido el papel del laicismo y el islam: así, aunque el partido mejor financiado y más popular sea el conservador islámico, se preveía que los laicistas formaran una coalición en su contra.

En cambio, ni una coalición habría sido suficiente y el Nadha ha tomado el cargo con más del 40% de los votos en esta elección y los mayores partidos izquierdistas tienen cada uno un 15% de los votos. Esto significa que los islamistas serán mayoría en la redacción de la constitución y tendrán el control del gobierno hasta las elecciones generales. En cambio, están considerando una coalición con la izquierda para unificarse en la transición.

Y también se habla de elecciones en Libia. La guerra civil ha terminado y la OTAN dejará sus costas para fin de mes, así que los libios comienzan a pasar página. Por desgracia, el conflicto entre la política y la religión es aun mayor en Libia, donde su futuro democrático se ve tintado por la sharía que seguramente será la base de la nación musulmana esté quien esté en el poder tras las elecciones. Así era con Gaddafi y probablemente así seguirá siendo aunque gane un partido laico en Libia, lo cual es improbable si bien no imposible.

Las repercusiones en Siria serían aun más dramáticas si derrocaran a Assad: las razones principales de estas protestas no son económicas sino religiosas, y se dan en las zonas más tribalistas. De hecho, no han florecido las protestas en Damasco y Alepo, las mayores ciudades sirias, y por ello es improbable que Assad pierda el poder. Aunque que la causa principal del alzamiento sea el fanatismo islámico no exculpa al gobierno de las masacres cometidas, es un factor a tener en cuenta que lo diferencia de las otras revoluciones.

El 29O por el impuesto Robin Hood

El movimiento de Occupy the World que comenzó el 15 de octubre dará otro gran impulso en menos de una semana: se prepara otro llamamiento a las masas para el 29 de octubre con el mismo objetivo general, aunque esta vez sea en la víspera de la cumbre de los líderes del G20 para exigir a los poderes políticos un "impuesto Robin Hood".
«Hace ocho años, el 15 de febrero de 2003, más de 15 millones de personas en sesenta países se manifestaron juntas para detener al presidente Bush en su intento de invadir Iraq. Una parte enorme de la humanidad vivió por un día sin tiempo muerto y atisbó el poder del movimiento provocado por los pueblos unidos. Ahora tenemos la oportunidad de repetir esa proeza a una escala incluso mayor.

El 29 de octubre, en la víspera de la cumbre de los líderes del G20, alcémonos para exigir que los líderes del G20 impongan de forma inmediata un impuesto #ROBINHOOD del 1% sobre todas las transacciones financieras y los tipos de cambio. Mandémosles un mensaje contundente: queremos frenar los 1,3 billones de dinero fácil que se mueven alrededor del casino mundial cada día: suficiente dinero para financiar cada programa social y cada iniciativa medioambiental en el mundo».
Mientras las masas proponen soluciones radicales, Alemania y Francia riñen sobre como resolver el problema de la deuda. El único plan que se ha materializado es poco más que un remiendo: el fondo de rescate del euro superará el billón de euros (que saldrán de nuestros bolsillos y de los recortes) y planean quitar el 50% a la deuda pública de Grecia y así bajarla desde el 150% sobre el Producto Interior Bruto actual hasta un 120% sobre el PIB.

¿Es suficente? No: según nuevos informes del FMI y el BCE, sería necesaria una quita del 60% de la deuda helénica para reducirla... solo hasta el 110% de su PIB... para el 2020. En otras palabras, el mejor plan que han sido capaces de formular llevaría toda una década y de todas formas Grecia acabaría con más deuda que valor productivo. En plena crisis mundial esta clase de apaños moderados son ridículos y no hacen más que retrasar lo inevitable.

Precisamente, es debido a estos parches inútiles que la gente está en las calles. Exigen medidas drásticas y reformas radicales en el sistema para asegurar que algo así no pueda volver a ocurrir: aquellos con propuestas concretas quieren más regularización económica y menos dependencia en la Bolsa y en el mercado abierto; en lugar de sufrir medidas de austeridad en los servicios sociales quieren que se suba los impuestos a los ricos con el impuesto Robin Hood y que estos se redirijan a los servicios sociales y a la educación en lugar de a la Defensa, en la que la mayoría de países derrochan cantidades exorbitantes de dinero. En definitiva, quieren igualdad social.

Gaddafi ha muerto

Hoy 20 de octubre ha muerto el coronel Muammar al-Qaddafi, que huyó en agosto cuando los rebeldes tomaron Tripoli y derrocaron su gobierno. Ha estado escondido desde entonces.

El gobierno interino libio ha anunciado que, en su misión de acabar con los últimos vestigios de las fuerzas gadafas en Sirte, han dado con el dictador derrocado: lo acorralaron, atraparon y, tras varias horas de viaje y humillación, lo ejecutaron. Según Mahmoud Shammam, el portavoz jefe del concilio de transición, «Pretendíamos ofrecerle un juicio justo. Parece que Dios tenía otro deseo». Ignoraba que los libios deificaran a las balas.

Junto con Gaddafi ha caído Sirte definitivamente. Su ciudad natal ha resultado ser el último bastión para los gaddafistas, que llevan más de un mes luchando contra las fuerzas del CNT y resistiendo los bombardeos de la OTAN. Una vez tomada Sirte han detenido a otro de los hijos del coronel, al jefe de la seguridad interior y a varios altos cargos del antiguo régimen.

Un mes de asedio. El CNT y la OTAN no han dejado títere con cabeza: una masacre y una ciudad completamente derruida. ¿Existe otra cara de la moneda en este horripilante asunto? Tras 247 días y 30.000 muertos, la guerra civil libia ha terminado. Por desgracia, eso no significa mucho: el resultado de la revolución ha sido una liberación a costa de la destrucción del país.

Goldman cae, Grecia se alza

Solo unas horas después de unas noticias terroríficas en Wall Street, Grecia ha quedado paralizada por una huelga general de dos días. Oh, y España ha caído aun más hondo.


Goldman Sachs, uno de los mayores grupos de inversión del mundo, anunció ayer que este cuatrimestre fiscal había perdido 428.000.000$ (309.494.540€), su mayor pérdida desde que estuvieron al borde de la bancarrota en la crisis del 2008. Aunque la Reserva Federal salvó al grupo transformándolo en un banco comercial, su experiencia cercana a la muerte fue un punto clave en la crisis. Esta pérdida es un mal augurio para la economía mundial.

Las predicciones para la economía española son tan catastróficas que Moody se ha unido a tantas otras agencias de calificación de riesgo en degradar su calificación: de Aa2 a A1. ¿Por qué? Porque previenen que su PBI vaya a crecer solo 1% en 2012. ¿Qué significa esto? Se confía en dichas agencias para medir la certeza de que una entidad pueda saldar sus deudas, así que esta maniobra resta aun más confianza en la economía española. Es un círculo vicioso: más deuda resulta en menos confianza, esto en más deuda y así sucesivamente.


Mientras los mercados hacen malabares con nuestro futuro, el pueblo helénico protesta contra los recortes desmesurados del gobierno en una huelga general de cuarenta y ocho horas. Así han quedado inutilizados ministerios, tribunales, servicios públicos, Hacienda y Aduanas, la enseñanza, la industria y los bancos. Y difícilmente encontraréis abierta alguna gasolinera, farmacia o centro comercial. Grecia ha quedado total y absolutamente paralizada.

Como ya ha ocurrido muchas veces en Grecia las protestas han desencovado en una guerrilla entre los 7.000 agentes de policía y los manifestantes violentos: cócteles molotov, barricadas con las toneladas de basura que los basureros en huelga no han recogido e incontables heridos. Parece que nada cambia en Grecia. Al menos nada cambia a mejor.

Escépticos - ¿Hay alguien ahí fuera?

Hoy Escépticos trataba el fenómeno de los extraterrestres en circunstancias apropiadamente paranormales: el programa aparece ahora en su horario habitual en la red y los jueves en la televisión. Que se emita primero en Internet lo convierte en toda una novedad local.


Con ayuda de especialistas, Luis Alfonso Gámez presenta la ufología y explica la evolución de este fenómeno en la historia y mente humanas. Es toda una ilusión personal que se trate la relación entre este fenómeno y las apariciones religiosas que tan bien divulgó Carl Sagan en El Mundo y sus Demonios, junto con el revelador origen del término «platillo volante» y otros tantos detalles que pueden encontrarse en mayor detalle en dicha obra de divulgación.

Es sorprendente que haya tan pocas diferencias entre los relatos de los alienígenas que experimentan sexualmente con sus víctimas y los súcubos e íncubos medievales. Igualmente, los mensajes moralistas de personajes religiosos y aliens benevolentes están curiosamente limitados al conocimiento humano y a la inquietud social contemporánea, ya sean las brujas o una guerra nuclear. ¿Acaso no son las mismas ansiedades universales filtrados por preocupaciones populares concretas que cambian según la época? Es muy probable.

De todas formas, el verdadero foco de atención del programa son los fraudes y los anhelos humanos alrededor de la ufología. El único problema del episodio es externo: al contrario que en los casos de los episodios anteriores, el escepticismo hacia la ufología es popular y quizá mayoritario, así que puede que el programa no haya sido una novedad para tantos.

"Wickedness in high places"

The reasons for the global protests that political and financial high circles are facing right now should be obvious for anyone who bothers to pay attention to the state of the world. They don't need to be repeated. However, there is a question I cannot avoid approaching: self-criticism.

One of the common tactics among activists who demonstrate in defence of political, social and economic change is the demonization of the upper echelons. I already put forward my critique in the case of the potential actions the UN could take in Syria: I argued that "as much as we love to ascribe to politicians qualities of an incredible demonic perversion" the reality is much more mundane. It has a lot more to do with the natural course of the relationship between politics and economics than with an intrinsic malevolence in the hearts of politicians.

We have a tendency toward considering anyone with different belief systems "evil" and considering the representatives of our ideologies "good". Even though everything would be much simpler if such binary distinctions were to be found in the real world, I am afraid that politicians and bankers are not the underlings of Satan but human beings, however much harm they do. This does not absolve them -it helps us to understand the real picture.

Unfortunately, that is not an emotionally satisfying explanation for those who embrace a dualistic morality. In the Epistle to the Ephesians, chapter six verses eleven and twelve, Saint Paul does indeed know how to sell us a war against the "wickedness in high places":
"Put on the whole armour of God, that ye may be able to stand against the wiles of the devil. For we wrestle not against flesh and blood, but against principalities, against powers, against the rulers of the darkness of this world, against spiritual wickedness in high places." -Ephesians 6:11-12, King James Bible
Even if they are actually alluding to demons and the heavens, those lines are very similar to the fanatical criticism of politicians and bankers. Moreover, the smear against the latter is usually in the companny of a pretty conspiratorial anti-Semitism, albeit not as paranoid as the delusions of many about a "Illuminati" elite controlling the world. It is a perfect system of cult mentality: if I criticise their convictions it must mean I am part of the "Illuminati" conspiracy.

This practice does not only sadden me because it shows the superstitious mentality of so many. No, my sorrow and self-criticism may be encompassed in a single question: in a world brimming with legitimate reasons to accuse our rulers and demand global change, do we really need to fall back upon demagoguery and irrational dualism?

The correct answer is "no", by the way.

(Leer la versión original: «La maldad en los lugares altos»)

«La maldad en los lugares altos»

Las razones para las protestas globales a las que ahora mismo se enfrentan las altas esferas políticas y financieras deberían ser obvias para todo aquel que preste atención al mundo. No hace falta repetirlas. En cambio, hay una cuestión que no puedo evitar abordar: la autocrítica.

Una de las tácticas más comunes entre los activistas que se manifiestan en defensa de un cambio político, social y económico es la demonización de las altas esferas. Ya adelanté mi crítica en el caso de las potenciales acciones de la ONU en Siria: argumenté que «por mucho que nos encante atribuir cualidades de una increíble perversión diabólica a los políticos» la realidad es más mundana y tiene mucho más que ver con el desarrollo natural de la relación entre la política y la economía que con una maldad intrínseca en el corazón de los políticos.

Tendemos a considerar «malvado» a todo aquel con creencias arraigadas distintas y «benévolo» a los mayores representantes de nuestra ideología. Aunque todo sería mucho más simple si dichas distinciones binarias existieran en el mundo real, me temo que los políticos y banqueros no son secuaces de Satanás sino personas humanas, por mucho daño que hagan. Esto no les exculpa a ellos: nos ayuda a nosotros a entender la verdadera situación.

Por desgracia, esa no es una explicación emocionalmente satisfactoria para aquellos que abracen el dualismo moral. En la Epístola a los Efesios, capítulo seis versículos once y doce, San Pablo sí que sabe vendernos una guerra contra «la maldad en los lugares altos»:
«Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra la maldad espiritual en los lugares altos» -Efesios 6:11-12, versión King James
Si bien se refieren a demonios y a los cielos, estas líneas son muy similares a la crítica fanática de los políticos y los banqueros. Además, la difamación contra estos últimos suele ser inseparable de un antisemitismo conspirativo, si bien no tan paranoide como los delirios sobre una élite de «Illuminati» que domina el mundo. Es un sistema perfecto de creencia sectaria: si critico sus convicciones significa que formo parte de la conspiración de los «Illuminati».

Esta práctica no solo me apena porque muestra el pensamiento supersticioso de tantos. No, mi amargura y la autocrítica pueden englobarse en una sola pregunta: en un mundo infinitamente repleto de razones legítimas por las cuales acusar a nuestros gobernantes y exigir un cambio radical, ¿de verdad tenemos que recurrir a la demagogia y al dualismo irracional?

La respuesta correcta es «no», por cierto.

(Read the English translation: "Wickedness in high places")

15O, protesta global

Hoy 15 de octubre será un día histórico aunque no suponga el punto crítico de la transición hacia un sistema socioeconómico igualitario: es la primera protesta global descentralizada. ¿Global pero descentralizada? Siempre que esto no resule en un romántico caos populista, lo cual es posible, no es un mal augurio para la humanidad.


El mundo está indignado y no es difícil saber por qué. Esta misma semana Europa ha vuelto a tratar de curar sus heridas con meros parches: se ha evitado la caída de Dexia dividiéndola en tres (aunque Bélgica de hecho ha nacionalizado su parte); Alemania y Francia han acordado un plan para recapitalizar la banca; y la troika europea entregará a Grecia ocho mil millones de euros (8.000.000.000€). Este sistema es todo un maestro en retrasar lo inevitable.

Así que no: las altas esferas no aprenden de sus errores. ¿Y por qué iban a hacerlo? Ellos no han perdido nada. En esta crisis los grandes bancarios, junto todo aquel cuyo trabajo no produzca más que movimiento monetario, han ganado dinero en lugar de perderlo. No olvidemos que uno de los mayores impactos de las crisis económicas es la extensión de la desigualdad social. El incentivo es el lucro y este no es capaz de indicar barreras éticas.


Ha llegado la repercusión lógica: revueltas populares. Sí, pueden ser la llama que haga estallar la inflamable civilización moderna. Pero también pueden cambiar el mundo. Los indignados marchan hoy por 951 ciudades: 500.000 madrileños han vuelto a la Puerta del Sol; 250.000 marchan por Barcelona, 50.000 por Sevilla y 11.000 por Bilbao; y en Nueva York han brotado cinco mil manifestantes a los que se les ha unido el resto del país. Frankfurt, Amsterdam, Dublin, Sydney, Sarajevo, Tokio, Londres... El mundo está ocupado.

El pacifismo promovido tanto por Democracia Real Ya como por Occupy Wall Street se ha respetado en todas partes excepto en Roma, donde las protestas se han tornado violentas cuando un grupo ha quemado un edificio del Ministerio de Defensa. El enfrentamiento contra la policía recuerda a Grecia o quizás incluso a los primeros días de las revueltas en Egipto:


A pesar de los incidentes ha sido un comienzo esperanzador. Como con el 15M, sabremos si ha cuajado en unas semanas. Compañeros: ha comenzado el movimiento del 15O.

Siria fuerza su suerte

A pesar de que toda la política internacional se esté removiendo por Siria, una de las noticias más sorprendentes viene de Yemen: el presidente Saleh dejará su cargo... pero seguramente se quedará hasta las elecciones, lo cual no ayuda a acallar el escepticismo popular.

Y es que esta semana dejamos las altas esferas y volvemos a centrarnos en el pueblo, en un pueblo árabe que, me temo, está años atrás en la lucha por el laicismo: el domingo murieron 26 personas en la capital egipcia cuando estalló una lucha entre varios musulmanes y una marcha de cristianos coptos que protestaban contra la destrucción de una iglesia.

La violencia fue a peor cuando llegó la policía militar: la mayoría de las víctimas eran cristianos que murieron a mano de la policía. Los coptos culpan a un grupo de instigadores islámicos y a los militares, mientras el concilio militar ha culpado a los coptos de incitar a la violencia. Por desgracia, tal tribalismo muestra la dificultad de implementar el laicismo en los países árabes.

Otra víctima de esta intolerancia desproporcionada es Túnez. El día 9 centenares de extremistas musulmanes se reunieron en la mayor universidad del país para protestar violentamente contra el cierre de una mezquita cercana al campus y la prohibición de llevar el niqāb, el velo de rostro completo que forma parte del ḥiŷāb, un código de vestimenta adoptado de las culturas bizantina y persa que no forma parte del libro sagrado Qur'an o de los ḫadīṯ. Pero como suele ser, los más fundamentalistas ignoran dichos conocimientos fundamentales.

Mientras tanto el gobierno sirio se mantiene desafiante ante las amenazas de la ONU y el reconocimiento del concilio de la oposición por parte de la UE: "tomarán medidas duras" contra cualquier estado que legitime a la oposición. Ante este desafío Rusia ha dejado claro que, si bien vetó las sanciones junto con China, no se trata de un apoyo incondicional: Assad debe llevar a término las reformas prometidas inmediatamente. ¿Assad escuchará? Quizá, pero no olvidemos que tiene apoyo popular: hoy mismo decenas de miles de ciudadanos han marchado en Damasco para apoyar a su presidente y rechazar cualquier intervención.

Eso sí: la oposición es cada vez mayor y más fanática, y la ONU no podrá ignorar durante mucho más unas revueltas que no solo se han cobrado entre 2.900 y 3.600 vidas sino que también han puesto al gobierno sirio en una posición potencialmente ofensiva.

Escépticos - ¿Las ondas del mal?

El tercer episodio de Escépticos trata una falacia acientífica realmente popular y polémica: la supuesta relación causal entre el electromagnetismo de las antenas de móviles y el cáncer.

Debido a la duda razonable en la sociedad la cuestión se aborda con mucho más respeto que en episodios anteriores. La entrevista integra que exige el Dr. Antón Erkoreka es ejemplo de ello. Al contrario que la astrología, este asunto merece un verdadero estudio intelectual.


Los alumnos de Física son particularmente críticos: la broma de que según la lógica fallida del «Post hoc ergo propter hoc» la constitución española causa cáncer da en el clavo: toda la argumentación se basa en confundir la correlación coincidente con la causalidad.

¿El cáncer aumentó en el siglo XX? ¿Puede ser que vivamos más y por tanto tengamos más oportunidades de contraerlo antes de morir? No: debe ser algo que apareció en el siglo XX, como las antenas... o la lavadora, la aspiradora, el bolígrafo, el código de barras y la tarjeta de crédito. Sin conexión causal plausible, correlacionar el aumento de la incidencia del cáncer y las ondas modernas es tan significativo como decir que lo causa la constitución.

Como de costumbre en este programa, las verdaderas lecciones son de pensamiento escéptico aplicable a cualquier cuestión: se aborda la práctica de tratar anécdotas con el mismo peso que pruebas demostrables; la percepción mediática alarmista afectando a la legislación; en quién recae la carga de las pruebas; y la falacia de causalidad y el placebo al sentir que el causante de un malestar es el WiFi, el microondas o una antena telefónica.

Y por supuesto el episodio solo podía acabar así:
«La filosofía de Escépticos es separar la verdad probada de las afirmaciones no demostradas, así que este programa solo puede tener una conclusión: a día de hoy la ciencia no ha encontrado relación entre las ondas electromagnéticas y enfermedad alguna, y te doy mi palabra de que nosotros no estamos pagados por empresas telefónicas. Por supuesto, no tienes por qué creernos. Mejor: sé escéptico».

"IndigNation contra Wall Street" de Barbara Celis

El tratamiento de «hippies» que han recibido los participes de Occupy Wall Street en los medios de comunicación es depresivamente similar a la percepción mediática del 15M. Pero, en contadas ocasiones, surge una crónica que no ignora las demandas de los manifestantes o la heterogeneidad de edades, sexos y clases que existe en estos movimientos.

Este reportaje de Barbara Celis para El País es uno de esos refrescantes casos:
"He sido diplomático durante 15 años. He asistido a decenas de reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU, me he sentado con jefes de Estado de todo el mundo, he visto cómo los Gobiernos se dejan corromper por los bancos y las empresas y al final, me convertí en un cínico. Pero durante las últimas dos semanas he recuperado mi pasión por la política, que alimento desde niño. Una de las conversaciones más interesantes que he vivido en los últimos años la tuve sentado en la plaza de la Libertad".

Carne Ross no es un joven romántico,
hippie o perrofláutico. A muchos de los integrantes del 15-M se les trataba de encasillar ahí y ahora ocurre lo mismo con su réplica estadounidense, los que apoyan al movimiento Occupy Wall Street, nacido hace tres semanas en Nueva York y contagiado ya, en pequeñas dosis, al resto de Estados Unidos. Ross es la prueba de que esos movimientos incluyen a gente heterogénea, desde estudiantes a personas con larga trayectoria profesional. Ross era parte del cuerpo diplomático de Gran Bretaña hasta 2004, en que renunció a su puesto ante la ONU, un año después de la invasión de Irak, "por problemas de conciencia ante una guerra que justificamos creando pruebas inexistentes".

Él habla de la Plaza de la Libertad, el nombre con el que se ha rebautizado el parque Zucotti, en las inmediaciones de la zona cero, el lugar de Nueva York donde se mantiene el movimiento de protesta. Carne Ross, cerca de los cincuenta, define así la plaza: "Quienes afirman que solo hay un puñado de idealistas trasnochados no tienen ni idea de lo que está pasando. Allí se está construyendo el futuro, cada tarde, con la voz y la participación de todos. Sé que cuesta entenderlo cuando has vivido creyendo que la democracia de partidos es la mejor forma de gobierno posible. Pero somos muchos los que hemos dejado de creer en el voto y ahora buscamos nuevos caminos a través de la participación ciudadana". Hoy dirige Independent Diplomat, una organización que da "asesoramiento diplomático" a aquellos que apenas tienen voz, como el Frente Polisario. Para él, entrar en la plaza de la Libertad, donde se desarrolla la protesta contra el poder financiero que encarna Wall Street, ha significado poder escuchar un crisol de propuestas que se construyen día a día en las asambleas abiertas y grupos de trabajo independientes, sin líderes ni mayorías, solo con decisiones consensuadas.

¿Quiénes están realmente en el corazón de la protesta? Lo que arrancó "con bastante gente antisistema, en el sentido tradicional de la palabra", se ha abierto deprisa a "un crisol muy amplio de ciudadanos, incluida mucha gente que pasaba de política o sindicatos, organizaciones que aquí no se ven con recelo como ocurría en España, sino como una forma de hacer crecer el movimiento". Lo explica Antonio, un español implicado en la indignación neoyorquina, que pide ser llamado simplemente así.

Robert Grodt, uno de los jóvenes pioneros de la plaza, lo confirma. "Yo estoy a favor de todos los que se quieran unir. Los sindicatos son bienvenidos, siempre que entiendan que aquí no queremos líderes. Y los famosos, igual. Muchos son muy majos. Y nos traen más gente, así que está bien que se sigan sacando fotos por aquí. Este lugar está abierto a todos", asegura Grodt, californiano, de 24 años. [...]

La protesta en Wall Street arrancó el pasado 17 de septiembre con una tímida manifestación de apenas 2.000 personas. Los participantes apuntaron con el dedo al culpable genérico de la crisis económica: el poder financiero, ese 1% que posee el 40% de la riqueza de un país en el que 46 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, 50 millones carecen de seguro médico y el índice de desempleo no baja del 9% -muy alta para la historia laboral de Estados Unidos-. Solo 110 millones de electores, de los más de 230 millones que podrían haberlo hecho, ejercieron su derecho al voto en las últimas elecciones presidenciales.

Esas cifras podrían extrapolarse a la situación que se vive en otros países democráticos, donde la crisis económica ahoga y la participación electoral se reduce. "Creo que el 15-M destapó una España secuestrada por el voto útil, dio un puñetazo sobre la mesa y dejó claro que en una democracia bipartidista, cuando ambos partidos son fagocitados por corporaciones y bancos, incluso ese voto deja de servir y hay que buscar otras vías. En Estados Unidos creo que va a pasar lo mismo que en España".

Otros sostienen que el discurso del líder político ha muerto. "Barak Obama era el más preparado, el más inteligente, el más guapo... y no ha hecho nada de lo que prometió. Seamos benevolentes y digamos que no le han dejado los republicanos. No importa. Solo demuestra que votar y luego irte a tu casa y esperar a que los políticos te resuelvan la vida ya no funciona. Por eso hay que valorar el movimiento político Occupy Wall Street. La alternativa al poder somos nosotros, todos los ciudadanos". Todo esto lo explica Antonio, filólogo, que participó en la marcha en apoyo a la Spanish Revolution del 21 de mayo pasado en Nueva York, de la que se escindió un grupo que apostó por la internacionalización del movimiento 15-M. [...]

Tres semanas después de nacer, el movimiento sigue creciendo tras el apoyo recibido en una marcha de 20.000 personas organizada por los sindicatos para sellar su compromiso con Occupy Wall Street. Jackie di Salvo, una profesora universitaria implicada en la organización, fue la que buscó su apoyo. "Ya no tienen tanto peso como antes pero agrupan y defienden a miles de personas en este país que representan a la clase trabajadora, la que sufre la crisis. Sabía que su apoyo era fundamental para impulsar este movimiento, aunque aquí nadie quiera líderes". En el seno de esos sindicatos, incluido el de ella, el debate sobre Obama está candente, según confirman a este diario miembros de diversos colectivos.

El tejido de organizaciones civiles estadounidenses, fuerte hasta 1968, fue aniquilado poco después: asesinados o encarcelados sus líderes políticos, se eliminó la educación gratuita universitaria, se encareció la vivienda y el seguro médico, y los jóvenes dejaron de tener tiempo para implicarse políticamente: había que ganar dinero para pagar los estudios. En Nueva York, uno de los bastiones progresistas del país junto a California, la ley Taylor penalizó las huelgas de empleados públicos, reduciendo así el poder de los sindicatos de forma radical. Las protestas antiglobalización de Seattle marcaron un renacer de los movimientos sociales a finales de los noventa. Pero el 11-S los abortó, transformando a todo activista en sospechoso de terrorismo. "Perecimos bajo la ola de patriotismo y militarismo que siguió a los ataques (a las Torres Gemelas) y nos hizo desaparecer completamente", recordaba Naomi Klein.

El movimiento contra Wall Street marca una nueva etapa en ese sentido, que simbólicamente también grita "la imaginación al poder", pero de momento, y sobre todo, "banqueros a la cárcel", "políticos, a casa" y "ciudadanos al ágora, a crear una nueva democracia". En la plaza de la Libertad les bendice desde el primer día una escultura a la que muchos se refieren como "ese chisme rojo". La firma el expresionista abstracto Mark di Suvero y su título es Alegría de vivir. Es el sentimiento que de momento se respira entre los indignados por haber ocupado las calles y abrazado el debate de ideas. Y es posible que eso también sea una paradoja. Alegría e indignación nunca fueron de la mano. ¿Hasta ahora?

De camino al 15O

A solo unos días del crítico quince de octubre las masas se inquietan e irgen contra un sistema que les ha fallado y tiene los días contados en la cuna de la civilización moderna. Y no lo dudéis: si Europa cae en una crisis y desunión definitiva, detrás irá nuestro tío Sam.

Acababa de comenzar la semana cuando la Bolsa en Europa y Asia cayó en picado por el miedo a que Grecia no pueda pagar sus deudas y Europa recaiga. En efecto el gobierno griego anunció que no podrá cumplir a tiempo los objetivos impuestos por el triunvirato de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional: a pesar de los numerosos e infames recortes, Grecia sigue en déficit y entra en una abismal recesión.


Por supuesto, en menos de un día quedó claro que el resto de Europa no se salvaba: el banco y referencia financiera Goldman Sachs ha previsto que para mediados de 2012 no solo España e Italia sino también Alemania, Francia y Holanda sufrirán una recaída en la recesión. En tanto, Francia y Bélgica están buscando una forma de salvar a la recién derrumbada Dexia, una de las mayores financiadoras del sector público. Bélgica ya tiene sus problemas (hasta ayer mismo llevaban un récord de 16 meses sin gobierno electo) pero el primer ministro interino se pronunció al respecto: se está considerando la nacionalización del banco.

El resto de respuestas a esta inminente recesión varía entre nula y pésima. Además de los recortes económicos en Italia, España y por supuesto Grecia, el jueves el Banco Central de Inglaterra inyectó 75.000.000.000£ (ochenta y siete mil millones de euros) en la economía británica, retrasando lo inevitable y evitando el problema de raíz. La réplica popular es más caldeada: la huelga general en contra de las medidas de austeridad ha paralizado a Grecia y ha devuelto la violencia a las calles, con unas docenas de manifestantes que no siguieron el ejemplo pacífico de los otros dieciséis mil. Adivinad qué grupo apareció en las noticias.


Tampoco han desaparecido las protestas de EE.UU., que auguran el decisivo 15O. El movimiento en Nueva York se ha revitalizado al ganarse el apoyo de varios sindicatos, decisión aceptada a regañadientes, aunque con menos recelo que en España con el 15M, debido a la sumisión de los sindicatos al partido demócrata. Aunque con una fuerza menor que los miles en Nueva York, el viernes Washington D.C. se unió con decisión a las protestas.

A pesar del impacto de este movimiento, los medios estadounidenses básicamente lo han ignorado, especialmente en televisión. Ha de decirse que, entre los escasos reportajes, el del conocido presentador izquierdista Keith Olbermann es el más honesto. En mitad del programa hace lo que ni siquiera hicimos en nuestra cobertura de las protestas: leer toda la Declaración de la ocupación de Nueva York. Sabiendo inglés o no, su rabia se percibe entre líneas:


En menos de una semana se dará el 15-O en pos de un cambio político-económico global. Es difícil, por no decir imposible, predecir qué pasará exactamente. ¿La primera revolución global o una serie de revueltas olvidadizas? Para bien o para mal, pronto lo sabremos.

El CGPJ deja tocada a la Ley Sinde

El abogado de propiedad intelectual David Bravo es sin duda el mayor crítico de la Ley Sinde y la cara visible del movimiento español en pos del libre intercambio. Su último artículo trata un nuevo obstáculo para la Ley Sinde: el propio Consejo General del Poder Judicial.
[...] el reciente informe del Consejo General del Poder Judicial encierra un párrafo con el que seguramente no se contaba y que bien podría suponer un enorme obstáculo para aplicar la Ley Sinde en el sentido que se pretendía desde un inicio.

Si bien habla de cuestiones relativas a la cesión de datos, dice el informe: "Es el caso de los prestadores de herramientas de enlaces a páginas web, a los cuales, conforme al sentir de la mayoría de la doctrina y de la jurisprudencia menor que ha recaído sobre el tema, no se les puede atribuir una vulneración de derechos de propiedad intelectual por más que las páginas o contenidos a los que enlacen hayan sido ilícitamente subidos a la red en origen, ya que en rigor los enlazadores no estarían reproduciendo, comunicando públicamente ni efectuando en suma una conducta que pueda ser calificada como de explotación de derechos de propiedad intelectual. Dado este panorama, y aunque pueda ponerse en cuestión ese estado de opinión mayoritario, no tiene sentido establecer que el solicitante tenga que aportar datos sobre esos otros servicios o actividades frente a los que a la postre no va a ir dirigido el procedimiento;...”.

Por lo tanto, el CGPJ deja caer, como quien no quiere la cosa, dos ideas demoledoras y que, de seguirse su criterio, dejarían a la Ley Sinde en nada y, por lo tanto, todos los recursos materiales y de imagen invertidos en su desarrollo, en inútilmente sacrificados. Dice el CGPJ que las páginas de enlaces no infringen derechos de propiedad intelectual según la mayoría de la doctrina y que contra este tipo de servicios no iría dirigido el procedimiento. La manifestación no es cualquier cosa y supone un jarro de agua fría para el Ministerio de Cultura y la propia Sra. Sinde porque no hay que olvidar que es precisamente para esas páginas de enlaces para las que se ha creado todo ese procedimiento.

Por supuesto que la comisión administrativa que se encargará de los cierres puede hacer caso omiso a este párrafo y aceptar procedimientos dirigidos contra páginas de enlaces y dictar resoluciones contrarias a ese criterio mayoritario que el propio CGPJ les advierte que existe pero, en ese caso, ¿cuánto tardarán las páginas afectadas en querellarse contra los firmantes de esa resolución por la existencia de un presunto delito de prevaricación?

Los malvados políticos

Esta semana las arenas de la revolución las mueven las altas esferas: el nuevo gobierno libio sigue asediando Sirte, el concilio militar que lidera Egipto se ve obligado a ceder ante las demandas de los nuevos partidos, la rebelión siria se solidifica en un frente unido y la ONU se divide en bloques más propios de la guerra fría en su decisión de sancionar al gobierno sirio.

Ya informamos del ultimátum de los partidos políticos egipcios: exigieron que para el domingo se enmendara la legislación electoral que permitía presentarse a las elecciones a integrantes del régimen caído. El día 1 de octubre los dirigentes militares concedieron la reforma: no se permitirá que se presente ningún miembro del Partido Democrático Nacional de Mubarak.

Luego esta Siria. Aunque del conflicto no lleguen novedades significativas, sin duda sigue en marcha y varios medios han comenzado a describirlo como una guerra civil. Mientras tanto, el frente unido de la oposición al que se aludió la semana pasada se ha pronunciado por fin: buscan un estado civil y democrático y no aceptarán ninguna interferencia internacional para conseguirlo. Aparentemente China y Rusia se lo han tomado a pecho.

Y es que hoy mismo China y Rusia han vetado la resolución del Consejo de Seguridad que condenaba al gobierno sirio y sugería posibles represalias en forma de sanciones si continuaban con la masacre de civiles. Los datos varían entre la ONU y la Organización Nacional de los Derechos Humanos de Siria, pero han muerto entre 2.700 y 3.600 civiles y 680 fuerzas de seguridad, incluyendo a los desertores. Una verdadera masacre.

No es noticia el no-intervencionismo de gigantes como China y Rusia. Aunque dichas superpotencias no hayan estado exentas de prácticas imperialistas, es una postura en principio loable. Por otro lado, es ridículo esperar que comunidades como EE. UU. y UE, que no solo dependen del mercado con las naciones árabes sino que técnicamente están comprometidas con la Declaración Universal de los Derechos humanos, ignoren la rampante destrucción de la infraestructura económica local y la mórbida cantidad de muertes.

No hay que ser un genio para sospechar su prioridad pero demonizar automáticamente a los embajadores de la ONU tampoco es una postura racional. Ni lo es, por supuesto, sugerir que la resolución está motivada principalmente por la crisis humanitaria y que no han cedido a presiones económicas. Parece ser una situación similar a la de Libia: al margen de los verdaderos intereses de la ONU, de hecho pueden evitar una masacre. Y al contrario que en Libia, es probable que puedan hacerlo sin más que sanciones económicas.

Además, no olvidemos que la oposición no permitiría una intervención extranjera: la ONU no podría meter las narices en su gobierno y por tanto las empresas occidentales no tendrían la oportunidad de trapichear injustamente. Al igual que en Libia, occidente no saldría ganando si sancionaran al gobierno sirio o incluso si la OTAN llegara a tomar medidas militares.

Las relaciones mercantiles entre los gobiernos árabes y los occidentales son mucho más abiertas de lo que sugerirían sus diferencias políticas: con las revoluciones populares están perdiendo influencia en los países árabes. Lo máximo a lo que pueden aspirar una vez se da el traspaso de poderes es a mantener una fracción de la relación económica anterior.

Por mucho que nos encante atribuir cualidades de una increíble perversión diabólica a los políticos, la verdad es como de costumbre más complicada y menos dramática: su atención en efecto la dirige el coste económico de estos conflictos pero una vez atentos son tan capaces como cualquiera de nosotros de preocuparse por una crisis humanitaria. Muy a pesar de aquellos que abrazan una visión dualista del bien y el mal, los políticos y todo aquel con quien no estamos de acuerdo también son personas humanas y no el anticristo personificado.

No es mi intención justificar sus acciones sino explicarlas: no son tanto monstruos despiadados como criaturas dirigidas por el olor que dejan los sistemas económicos en crisis.

Escépticos - ¿Todo está escrito?

La astrología es el tema central del segundo episodio de Escépticos, el programa de ETB2 escrito y dirigido por José A. Pérez y presentado por el periodista científico Luis Alfonso Gámez que busca desmontar las grandes falacias acientíficas más populares en la sociedad.

Durante el programa se analiza el origen de la astrología, el mercado que genera y los mecanismos psicológicos que toman parte en el pensamiento supersticioso.


En Ciudadanos del Mundo ya hemos tratado analíticamente esta creencia como caso de estudio de superstición. El episodio toma una vía muy distinta, en parte por su uso extenso de entrevistas: entre otros, se consulta a la psicóloga Deusto Helena Matute, al astrónomo Jose Félix Rojas, al periodista Ignacio Escolar y a la matemática María Merino Maestre.

De todas formas, lo que distingue a Escépticos es que el entretenimiento no socava su valor educacional: se trata el proceso evolutivo de la superstición, el mito de los efectos de la luna llena en la criminalidad y el efecto Barnum: se reparten cartas astrales supuestamente personalizadas para cada alumno y es toda una sorpresa cuando se dan cuenta de que el texto es igual para todos. Oh, la falacia de validación personal... qué daño has hecho.

Y no olvidemos el precioso final que parafrasea muy conscientemente a Carl Sagan cuando trataba la procedencia de los elementos y por tanto de nosotros: «We are made of star stuff».

Se acerca la protesta global

Cuando a principios de junio se trató en Ciudadanos del Mundo la posibilidad de una protesta pan-europea en octubre, esperábamos que con ello resucitara el movimiento de los Indignados desde España hasta Grecia. Subestimamos la rabia del mundo occidental.

Persisten las preocupaciones por la caída en otra recesión mundial y Grecia, con una capital en constantes revueltas violentas, intenta en vano no ser el primer peón en caer. Miles de españoles se han manifestado para frenar la explosión de desahucios y empieza a resurgir la indignación por toda la península. Y por fin, el pueblo estadounidense despierta.


Las protestas de Nueva York no acabaron la semana pasada. Ayer mismo la policía arrestó a más de 700 manifestantes en Nueva York. Los indignados ocuparon el Puente de Brooklyn y las fuerzas del orden hicieron lo único que saben: mantener el orden a toda costa.

No parece que se hayan dado casos graves de brutalidad policial pero sí que acorralaron, empujaron, arrastraron, inmovilizaron y gasearon a muchos manifestantes. Si bien es cierto que no es nada comparable a lo que vemos a diario en el mundo árabe o incluso a la actitud más violenta de la policía durante el 15-M en Barcelona y durante las manifestaciones laicas en Madrid, es algo que la policía estadounidense no ha hecho en muchos años.


Los indignados de Occupy Wall Street se han propagado por toda la nación: ya ocupan o están por ocupar Chicago, Wisconsin, Boston, Miami, Nueva Orleans, Las Vegas, Los Angeles y decenas de ciudades más. De hecho, han ido más allá de EE. UU., con varias protestas preparadas en Australia, Canadá y en los países noreuropeos.

Incluso han llegado a escribir una Declaración de la ocupación de Nueva York::
Como pueblo unido reconocemos la realidad: que el futuro de la raza humana requiere la cooperación de sus miembros; que el sistema debe proteger nuestros derechos y al corromperse ese sistema depende del individuo proteger sus derechos y los de sus vecinos; que un gobierno democrático deriva su poder del pueblo, aunque ahora las corporaciones no pidan permiso para extraer riqueza de nosotros y de la Tierra; y que no puede alcanzarse ninguna democracia real cuando el proceso está determinado por poder económico. Venimos a vosotros en una época en la cual las corporaciones, que ponen el lucro sobre las personas, el interés propio sobre la justicia y la opresión sobre la igualdad, lideran nuestros gobiernos. Nos hemos reunido aquí pacíficamente, como es nuestro derecho, para que se conozcan estos hechos. [...]
Aunque pueda parecerlo, no se trata de una pandemia de indignación caótica. El movimiento español ¡Democracia real YA! tenía previsto desde mayo volver a las calles el 15 de octubre de 2011 y por lo visto la idea local cuajó mucho mejor de lo que cabía esperar: ya están en marcha las preparaciones para la protesta global del 15-O:


Como ocurrió con la primavera árabe y el 15-M y como parece que ocurrirá con toda futura protesta, este movimiento se ha creado en la red y se ha propagado sin apenas una mención en los medios escritos y televisivos. ¿La fecha de la protesta global? El 15 de octubre o, como seguramente se le acabará conociendo, el 15-O, 10/15 para los estadounidenses.

¡Democracia real YA! y Occupy Wall Street están al frente de las protestas y parece que varios miembros del grupo ciber-anarquista Anonymous van a unirse también. Se espera que se unan muchos otros movimientos sociales y sindicatos. Este es su mensaje:
El 15 de octubre las gentes del mundo tomarán las calles y las plazas. Desde América hasta Asia, desde África hasta Europa, el pueblo se está alzando para reclamar sus derechos y exigir una democracia real. Ya es hora de que todos nos unamos en una protesta pacífica global.

El poder establecido sirve al beneficio de unos pocos, ignorando la voluntad de la gran mayoría y el precio humanitario y medioambiental que todos tenemos que pagar. Esta situación intolerable debe acabar.

Al unisono haremos saber a los políticos y a la élite financiera a la que sirven que depende de nosotros, del pueblo, decidir nuestro futuro. No somos bienes en manos de políticos y banqueros que no nos representan.

El 15 de octubre nos reuniremos en las calles para iniciar el cambio global que deseamos. Nos manifestaremos pacíficamente, debatiremos y organizaremos hasta que lo consigamos. Es hora de que nos unamos. Es hora de que nos escuchen.

¡Habitantes del mundo, alzaos el 15 de octubre!