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Richard Wilkinson - La desigualdad económica y la salud

Richard G. Wilkinson es un investigador de desigualdes sociales y sus efectos en la salud que, junto con Kate Pickett, escribió la obra The Spirit Level, en la que analizaba la correlación entre la distribución más igualitaria de la riqueza y una mejor salud, menos violencia, abuso de drogas, madres adolescentes, enfermedades mentales, obesidad y otros muchos factores.

Se trata de una gran obra con información esencial que, de ser aceptada, transformaría todo el sistema económico. En cambio, no es el libro más accesible, con muchas gráficas y listados que no podrán mantener a nadie leyendo en vela. Por eso la nueva TED Talk de Wilkinson es una gran noticia: supone un gran punto de acceso a su tesis socioeconómica.


Wilkinson da vida a la conferencia exactamente como al libro: antes de meterse en el análisis, observa que siempre hemos tenido la intuición de que la desigualdad es conflictiva y socialmente corrosiva. Quizá sea una obviedad. Pero ahora de hecho podemos demostrarlo.

Antes de nada desestima el Producto Interior Bruto como verdadera medida de progreso: no existe correlación alguna entre la expectativa de vida y el PIB, aunque sí la haya entre los ricos y pobres dentro de una sociedad particular. Esto se debe a que en una sociedad miramos a los ingresos relativos, la verdadera relación entre la riqueza de individuos: por eso en los países desarrollados el bienestar medio de una sociedad ya no depende del PIB.

De hecho, hasta cierto punto los ricos también se benefician de una sociedad igualitaria. Este dato es esencial para responder a la posición de la derecha hacia la igualdad de ingresos y los mayores impuestos para los ricos. Estas son las dos posibles vías hacia la igualdad social que expone Wilkinson: la indirecta, redistribuyendo los impuestos como en Dinamarca y Finlandia, y la directa, ofreciendo de antemano salarios más igualitarios como en Japón.

Wilkinson también indica que, además de las obvias ventajas y desventajas de ser rico y pobre, la diferencia social en sí misma resulta en ansiedades psicosociales. Al igual que se hizo en nuestro ensayo de la Naturaleza humana, Wilkinson explica estos datos sociológicos apelando a estudios bio-psicológicos: las tareas que peligren el estatus social elevan más los niveles de la hormona cortisol, resultando en mayor estrés y por tanto en mayores posibilidades para las clases bajas de sufrir ataques al corazón y otras condiciones.

Sin duda, The Spirit Level merece la pena y por ello está presente en la bibliografía de Ciudadanos del Mundo, pero esta versión condensada y digerible en forma de conferencia consigue transmitir el mensaje crucial: a mayor igualdad social mejor es la sociedad.

David Bravo en San Sebastián

Nuestro abogado favorito, David Bravo, se pasó la semana pasada por el Festival de San Sebastián a dar una charla frente a varios representantes de la industria cinematográfica española. Para los que no lo conozcan, David Bravo es un especialista en propiedad intelectual y derecho informático. Su celebridad se debe a la defensa del libre intercambio de archivos al que llaman "piratería" y a su crítica de la "Ley Sinde".

Además de facilitar una gran explicación de cómo surgió el movimiento en contra del intercambio P2P, David Bravo deja bien claro por qué la Ley Sinde vulnera derechos básicos.


El problema de la industria era que los usuarios sí que copian pero no tienen ánimo de lucro y las páginas de enlaces tienen ánimo de lucro no pero no copian. ¿Qué hizo el gobierno ante esta realidad? Presentaron La Ley Sinde, que no cambia las normas del juego sino que cambia al arbitro, dejando de lado a los jueces y dando el poder de decisión a una comisión designada por el Ministro de Cultura. Nada irregular por aquí.

Como guinda del pastel, Bravo acabó demostrando con un experimento que, a pesar de ser tan molesta, la Ley Sinde es completamente inútil. Durante la misma conferencia, pidió en Twitter que la gente colaborara añadiendo enlaces de películas a una hoja de cálculo pública en Google Docs. En unos minutos había cientos de enlaces y 20 hojas de cálculo distintas.

El atractivo de la Ley Sinde reside en que ofrece «un procedimiento administrativo ultra-rápido de apenas un mes». Pero un mes es mucho tiempo en la red. No; unos minutos son mucho tiempo en la red. Cerrar las páginas de enlaces es una de las empresas más inútiles en las que uno puede enredarse: como dice David Bravo, es como eliminar el índice de una enciclopedia; sólo es un bache para los usuarios, no frena el flujo de información.

Panteísmo

He visto que muchos confunden o desconocen términos como ateo y antiteísta (diferencia muy importante; la mayoría de ateos no conocen el segundo y muchos lo son sin saberlo), ateo y agnóstico, panteísta, panenteísta y pendeísta, y finalmente teísta y deísta. Sin duda son palabrejas demasiado parecidas entre sí, lo cual no facilita las cosas en absoluto, pero no vengo aquí a aclararlo. Para eso está la Wikipedia.

Hoy vengo a mostraros la conferencia en TED de un sacerdote. Probablemente no sea lo más habitual por mi parte, pero la verdad es que se trata de un sacerdote de lo más curioso, ya que tiene un punto de vista muy distinto al de su iglesia. De hecho, si viviera en una teocracia en la que las normas de la iglesia se reflejaran fielmente en las leyes civiles, probablemente sería considerado hereje y por tanto ejecutado. Pero por suerte no vive en una teocracia. Al menos, todavía no: el arzobispo de Canterbury ya habló de implantar la ley sharia en Inglaterra. Pero volvamos al sacerdote...


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El caso es que el buen sacerdote forma parte de una religión establecida. En otras palabras, su creencia es presuntamente teísta. Excepto que no es así: solo hay que escucharle un par de minutos para sospechar que no es un teísta hecho y derecho. A lo largo del monólogo juega con la idea del deísmo en varios grados de intervención por parte de Dios, y para cuando acaba probablemente hayáis llegado a la conclusión de que es pandeísta o que incluso se acerca peligrosamente al panteísmo, aunque sea uno inseguro, casi agnóstico:
«Tal vez Dios no es un agente como nosotros [...] ¿Y si Dios no actúa? ¿Y si Dios no hace nada en absoluto? ¿Y si Dios está en las cosas? La amorosa alma del universo [...], ¿Y si Dios es la red de relaciones y conexiones infinitamente compleja que forman la vida, el ciclo natural de la vida y la muerte, la creación y destrucción que debe ocurrir constantemente, el proceso evolutivo, la increíble complejidad y magnificencia del mundo natural, el inconsciente colectivo, el alma de la especie humana, tú y yo, mente, cuerpo y espíritu?[...] ¿Dios es sólo otro nombre para el universo, sin una existencia independiente? No lo sé. ¿Hasta qué punto podemos atribuirle una personalidad a Dios? No lo sé. Al final tenemos que decir "No lo sé". Si supiéramos, Dios no sería Dios.

Tener fe en este dios sería más como confiar en la benevolencia esencial del universo y menos como confiar en un sistema de afirmaciones dogmáticas. [...] ¿Como se puede practicar una fe [con esta nueva concepción de Dios]? Buscando al dios interior. Cultivando nuestra interioridad. En la ciencia, en la meditación, en mi espacio interior, en el 'yo' que permanece cuando dejo de lado mis emociones pasajeras, ideas y preocupaciones».
Así pensaba Albert Einstein, que tenía la concepción de Spinoza, según la cual Dios no es más que otro nombre para el universo, para la naturaleza, para el orden matemático de la existencia:
«Cuanto más imbuido esté un hombre en la ordenada regularidad de los eventos, más firme será su convicción de que no hay lugar —del lado de esta ordenada regularidad— para una causa de naturaleza distinta. Para ese hombre, ni las reglas humanas ni las "reglas divinas" existirán como causas independientes de los eventos naturales. De seguro, la ciencia nunca podrá refutar la doctrina de un Dios que interfiere en eventos naturales, porque esa doctrina puede siempre refugiarse en que el conocimiento científico no puede posar el pie en ese tema. Pero estoy convencido de que tal comportamiento de parte de las personas religiosas no solamente es inadecuado sino también fatal. Una doctrina que se mantiene no en la luz clara sino en la oscuridad, que ya ha causado un daño incalculable al progreso humano, necesariamente perderá su efecto en la humanidad. En su lucha por el bien ético, las personas religiosas deberían renunciar a la doctrina de la existencia de Dios, esto es, renunciar a la fuente del miedo y la esperanza, que en el pasado puso un gran poder en manos de los sacerdotes. En su labor, deben apoyarse en aquellas fuerzas que son capaces de cultivar el bien, la verdad y la belleza en la misma humanidad. Esto es de seguro, una tarea más difícil pero incomparablemente más meritoria y admirable».

«Por supuesto era una mentira lo que se ha leído acerca de mis convicciones religiosas; una mentira que es repetida sistemáticamente. No creo en un Dios personal y no lo he negado nunca sino que lo he expresado claramente. Si hay algo en mí que pueda ser llamado religioso es la ilimitada admiración por la estructura del mundo, hasta donde nuestra ciencia puede revelarla».

«La palabra dios para mí no es más que la expresión y producto de las debilidades humanas, la Biblia, una colección de honorables pero aún primitivas leyendas que sin embargo son bastante infantiles. Ninguna interpretación, sin importar cuán sutil sea, puede (para mí) cambiar esto...».
Esta es la creencia a la que más se acercan la mayoría de científicos y racionalistas, y la única que no hace afirmaciones existenciales: es por definición una forma filosófica y poética de referirse a la existencia, en lugar de una figura inventada que lo creó todo, con dogmas y tradiciones. Para que veáis cómo se entrecruzan los términos: el panteísmo es en esencia un punto de vista ateo; ateo del teísmo tal y como lo proponen las religiones judeocristianas y otras similares, ya que 'ateo' es sólo un término-reflejo, un término que necesita un contexto específico: todos somos ateos de alguna religión y ateos de algún concepto divino.

Que un representante de una iglesia establecida tenga el mismo punto de vista, si bien con jerga religiosa, es ciertamente esperanzador. Si queréis saber qué soy además de ateo (término que en realidad dice poco o nada de mí), qué creo 'espiritualmente', ahí tenéis la respuesta: me asombro de tal manera ante la complejidad y la inmensidad del universo que se me podría clasificar como panteísta, si bien desde un punto de vista puramente filosófico, sin ninguna clase de afirmación sobre una conciencia universal.

La revolución educacional - Sir Ken Robinson

Me encanta volver a personajes conocidos. Ya hemos hablado de Sir Ken Robinson y de sus geniales críticas al sistema educativo y propuestas alternativas. Parece que este Sir volvió a TED con otra conferencia el pasado mayo, una continuación de la anterior:


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Como siempre, merece la pena escucharle: la des-estandarización de la educación, la desaparición del sistema educacional al estilo de la comida rápida, es la única manera de avanzar, el único concepto de aprendizaje que funcionará en este nuevo mundo moderno.

También podéis encontrar la conferencia en Youtube, pero sin subtitulos.

Sam Harris - El fin de la fe

Acabamos ya la semana de figuras laicas y ateas con Sam Harris, un neurocientífico y escritor estadounidense que trata de sacar a relucir el tabú social a la hora de discutir las bases de las religiones, establecidas o no. Escribió el libro "El fin de la fe", en el que se centra en la religión organizada, en el conflicto entre la fe religiosa y el pensamiento racional y en los problemas que causa la demagoga 'tolerancia' al fundamentalismo religioso. Escribió también un texto llamado "Manifiesto ateo".

"¿Y qué pasa con la acusación de que el ateísmo es dogmático? Dejémoslo claro: los judíos, cristianos y musulmanes afirman que sus libros sagrados son tan profundos y necesarios para la humanidad que sólo un ser omnisciente pudo haberlos escrito. Un ateo es sólo una persona que ha considerado esa idea, ha leído los libros y ha llegado a la conclusión de que la afirmación es ridícula. Esto no es dogmatismo. Un ateo no tiene por qué creer en nada con pruebas insuficientes para rechazar el dios bíblico. ¿Qué dogma hemos asimilado para no tener en cuenta a Zeus y Apolo en el día a día? ¿Sería dogmático dudar que el creador del universo dictara la Iliada o la Odisea? El ateo dice, como puntualizó Carl Sagan, que las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Si pudiera existir un antídoto contra el dogmatismo, ese lo sería.

Una afirmación similar es que los ateos y los científicos en general son arrogantes, lo cual es bastante irónico. La verdad es que cuando los científicos no saben algo [...], tienden a admitirlo. Simular que sabes cosas que en realidad no sabes es una gran carga en la ciencia; se te castiga muy rápido. Pero fingir que sabes cosas que no sabes está en el alma de la religión de fe. Es una de las mayores ironías de las disertaciones religiosas: puedes oír frecuentemente como gente religiosa se ensalza a sí misma por su humildad, mientras afirman saber cosas tácitamente acerca de la cosmología, la física, la química y la paleontología que ningún científico sabe. Cualquiera que dignifique el 'Génesis' como un relato de la creación o como algo informativo básicamente está diciendo a alguien como Stephen Hawking:
"Eres un tipo listo, veo muchas ecuaciones por ahí, pero no sabes lo suficiente de la cosmología. Aquí pone que Dios lo creó todo en seis días y luego descansó en el séptimo y no veo que hayas captado los matices del relato bíblico". Esto sería divertido si no tuviera un efecto tan desastroso en nuestras leyes civiles; en este país está impidiendo la investigación científica y la enseñanza de la ciencia"
Me sorprendió que poner al ateísmo al nivel dogmático de la religión organizada fuera un argumento común, uno que me han planteado a mí mismo varias veces. Aún sigo con la cara desencajada. Ciertamente, todos estaremos de acuerdo en que no creer en Zeus, el Monstruo del Espagueti Volador o el Unicornio rosa invisible no es dogmático, ya que nada nos lleva a pensar que tales seres puedan existir y en muchos de los casos sabemos que son creados por el hombre. En cambio, es ese precisamente el argumento utilizado si se trata de una deidad que la mayoría sí que se toma en serio hoy día. No hace falta aclarar que somos azeusianos o aunicornianos porque nadie cree en esos mitos ya; igualmente, ser ateo no es más que no tener una creencia en una deidad y, en la práctica, especialmente en el dios judeocristiano. Como el mismo Harris dice en este vídeo:
"Nunca me había considerado ateo, al igual que no me considero un no-astrólogo. [...] Todo devoto cristiano está en la misma posición en cuanto al hinduismo o al islam. Los cristianos leen el Corán, la supuesta palabra perfecta del creador del universo, y no se ven persuadidos. Mi ateísmo sólo consiste en eso, en que estas afirmaciones simplemente ridículas no me persuaden y en que sí me persuaden las pruebas de que estas personas forman parte de una cultura diseñada para no mirarse críticamente a sí misma. Los cristianos pueden ver los errores de la razón en el islam; simplemente no lo hacen con su religión".
Muchos han rondado por la idea y Richard Dawkins lo puso en buenas palabras: "Todos somos ateos de la mayoría de los dioses en los que ha creído la humanidad. Simplemente, algunos vamos un dios por delante". Los conceptos del ateísmo y el agnosticismo existen precisamente porque hay una contraposición material, la religión: por sí solos, son términos vacíos. En una sociedad atea, a nadie se le ocurriría definir a una persona como atea, ni como característica personal ni cómo creencia, al igual que hoy día no le damos importancia a la falta de creencia en casi todo el resto de la ficción clásica y moderna.

Por supuesto, no podía faltar el argumento de que la religión es la fuente de la moralidad y no al revés. Que un ateo no puede tener un fundamento moral. Que una sociedad basada en la razón y la ciencia no pueden tener una base ética. Vaya forma de malintepretar cómo funciona el ser humano y la sociedad. Bueno, Sam Harris tiene mucho que decir al respecto:

"¿Qué clase de moralidad se basa por completo en el interés egoísta de evitar la condenación? Esto parece justo lo contrario a la base de la moralidad: una preocupación real por el bienestar de otros seres humanos. Claramente, podemos enseñar a nuestros hijos a formar esa preocupación, empatía y compasión sin mentirnos y mentirles acerca de la naturaleza del universo, sin fingir que sabemos cosas que en realidad no sabemos. Podéis enseñar a vuestros hijos la regla de oro como un precepto ético totalmente sabio sin fingir que sabemos si Jesús nació de una virgen. [...]

Los libros sagrados están repletos de celebraciones de crueldad, tanto humanas como divinas. El dios de la Biblia odia la sodomía y te matará por ello, pero por otro lado disfruta de vez en cuando de sacrificios humanos. Por lo menos podemos decir que no tiene muy claras sus prioridades".

(Para activar los subtítulos, presionad "View subtitles" y elegid "Spanish")

Apareció también en la televisión española en una entrevista con Eduard Punset, en la que habla de todo lo dicho y más. Está doblado al estilo de los documentales:



Os recomiendo leer "El fin de la fe" y ver más material suyo por la red. Hay varios monólogos y entrevistas suyas en Youtube. Por ejemplo: "La religión es una ciencia fallida", "Ciencia moderna versus dogma religioso", "Las escrituras sagradas pierden contra la modernidad" y "Malentendidos sobre el ateísmo".

Stephen Fry - El hombre más educado del mundo

El brillante actor, comediante, director y escritor británico Stephen Fry ha sido descrito como la persona más educada del mundo, un hombre que se gana el título de señorito inglés. La descripción es correcta. Al mismo tiempo, Stephen Fry es irreverente, no tiene miedo de perjurar ni de criticar si es necesario y se toma las cosas muy en serio pero al mismo tiempo sabe bromear. Como dijo su personaje Dietrich en 'V de Vendetta' cuando le preguntaron si se toma todo como una broma: "Sólo las cosas que importan". En otras palabras, le da un aire liviano a la tensión que viene desde ambos frentes.

¿Qué frentes? Veréis, además de ser un actor brillante, Fry es también todo un pensador y un ejemplo del nuevo laicismo del siglo XXI. Aunque en los debates no es precisamente bienvenido por el clero con los brazos abiertos (ser homosexual además de ateo no ayuda), nunca pierde la compostura. Es demasiado cortés y educado como para caer tan bajo.

Empecemos por un punto que ayudará a explicar lo que para muchos será una contradicción en la descripción de su persona, ya que demasiados piensan que ser educado y culto implica un absoluto 'respeto' de las creencias de las personas. Como suelo decir y él mismo dice en el segundo vídeo, a las personas hay que respetarlas como personas si queremos vivir en sociedad; a sus creencias personales no. Por no hablar de que es puro auto-engaño que eso sea realmente 'respeto' sincero; es el delirio de la demagogia, el terror a sonar ofensivo y la absoluta desaparición del espíritu crítico en sociedad. Aunque la perspectiva no sea esperanzadora, cada vez que escucho a Stephen Fry con su perfecto acento inglés no puedo evitar sonreír de oreja a oreja:

Existen dos palabras que han tomado un sentido ciertamente espeluznante estos últimos años. La primera es el "respeto"; últimamente se le ha robado de todo significado. Es un término evasivo [...]. Es comprensible: los negros no tenían mucho más que su sentido de amor propio y su exigencia de ser respetados como pueblo y demás, lo cual es muy natural y comprensible. Por desgracia, también tiene el sentido repipi de que tirar basura y comportarse de manera desagradable cuando estás borracho es 'no mostrar respeto'. Y la otra palabra es la 'ofensa'. Ahora es común oír a la gente diciendo "Eso me ofende" como si eso le diera alguna clase de derecho. En realidad no es más que un quejido refunfuñón. No tiene significado ni propósito y no hay razón para 'respetarlo' como frase; "Me ofende"... ¡¿Y qué?!
Steve Hughes lo describe muy bien también en este otro vídeo:
[El afán de ser] políticamente correctos ha oprimido nuestro movimiento intelectual. Nadie dice nada por si 'alguien se ofende': "¿Y qué pasa si dices eso y alguien se siente ofendido?". Bueno, ¡pues pueden ofenderse! ¿Cuál es el problema de sentirse ofendido? ¿Qué ha pasado con "A palabras necias, oídos sordos"? Por Dios, ¿no es lo que se enseña a los niños si dicen "Ese me ha llamado idiota"?: "No te preocupes, es un capullo". Y ahora tenemos adultos lloriqueando: "¡Me he sentido ofendido, me he sentido ofendido, y tengo derechos!" ¿Y qué? ¡Oféndete! ¡No pasa nada si te ofendes! Ya eres mayorcito; no seas niño y aguántate. [...] ¡No pasa nada si te ofendes! No es que sea algo cómo: "En el espectáculo el comediante dijo algo acerca del Señor que me ofendió y cuando me desperté a la mañana siguiente tenía lepra". ¡No pasa nada cuando te ofendes! ¿Quieres vivir en una democracia pero no quieres sentirte ofendido nunca más? [...] ¿Cómo puede hacerse una ley en contra de la ofensa? Ofenderse es subjetivo: tiene todo que ver con elegir a una persona, comunidad o sociedad y su condicionamiento moral y creencias religiosas; lo que me ofende a mí puede que no os ofenda a vosotros, ¿y quieren hacer leyes al respecto?
Pongamos en contexto el siguiente vídeo. Hubo un debate con una pregunta muy simple que, al no ser sobre la existencia de Dios en sí, no tiene que ser necesariamente influenciada por los prejuicios de la gente: "¿La Iglesia Católica es una fuerza de bien en el mundo?". En realidad, se trata de una pregunta acerca del laicismo más que ateísmo. Simple, comprensible y analizable empíricamente, ¿verdad?

Pues bien, Christopher Hitchens y Stephen Fry ganaron el debate según el público, y no porque éste estuviera ya decidido: antes del debate había 678 en favor de la moción de que la iglesia católica es una fuerza de bien, 1102 en contra y 346 sin decidirse. Tras el debate, hubo 268 a favor, 1876 en contra y 34 sin decidirse. Aquí tenéis una transcripción de las partes importantes en inglés, aquí podéis ver todo el debate por partes y a continuación he subtitulado la parte de su intervención:


(Presionad el botón "CC" para activar y elegir los subtítulos - Ver en dotSUB)

Esta vez os recomiendo sin duda que investiguéis a fondo a este gran personaje: desde "A Bit of Fry and Laurie", su genial serie de 'sketches' con Hugh Laurie (ahora conocido por su papel del Dr. House) a temas más serios como los mostrados hoy aquí.

Richard Dawkins - Dios y el Yuyu de la Montaña

¿Cuál es el tercer defensor del ateísmo que presentaré esta semana? Richard Dawkins, un etólogo y biólogo evolucionista que, además de defender el evolucionismo a lo largo de su carrera, últimamente ha defendido también la importancia del laicismo y el daño que pueden hacer a la sociedad la superstición y las religiones institucionalizadas.

Ya hablé de él y sus documentales y, de hecho, a finales de año presentaré mi crítica de su obra "The God Delusion", que releeré en castellano. Por cierto, recomiendo ese libro para todos aquellos que caigan en las falacias lógicas del 'Relojero ciego' y demás, o en las afirmaciones categóricamente falsas de los 'regímenes ateos' del siglo XX, entre otras muchas cosas.

«El Dios del Antiguo Testamento es el personaje más desagradable en toda la ficción: celoso y orgulloso de ello; un ser mezquino, injusto e inclemente obsesionado por el control; un limpiador étnico vengativo y sanguinario; un matón misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filocida, pestilente, megalomaníaco, sadomasoquista y caprichosamente malévolo»
Para los creyentes relativistas de hoy en día: la Biblia (o el libro sagrado de tu elección) es presuntamente la palabra de Dios: "Dios es infalible, ergo el libro no puede equivocarse". Esa fue la postura durante cientos y cientos de años... hasta que llegaron la Ilustración y la ciencia moderna y nos dimos cuenta de que de hecho hay muchos errores históricos en la Biblia, por no hablar de que las ordenes morales que nos envía ya no se aplican en absoluto a hoy día (mirad la tercera pregunta para los creyentes de este vídeo).

¿Cuál es la solución? ¿Cómo han conseguido racionalizar esta contradicción la mayoría de creyentes hoy día, excepto los fundamentalistas? Es muy fácil: primero, decir que la Biblia es una metáfora y no es literal. Y punto. ¿Qué fácil, eh? ¡Ya no hay problemas con su veracidad histórica, porque ni siquiera la tuvo para empezar! Lidiar con el asunto filosófico no es tan fácil y requerirá una gran dosis de autoengaño y/o adoctrinamiento: han de elegirse las partes que uno quiera del libro, decidiendo cuales son las lecciones de moral que mejor nos sirven. Bien, eso está muy bien, de veras; pero entonces, como creyente, no puedes afirmar que tu moralidad (o la moralidad en general) surge del dogma cristiano o de su libro sagrado, ya que lo que estás haciendo es seleccionar los poquísimos códigos éticos de la Biblia que aún son aplicables a la sociedad en la que te han educado, una que ha evolucionado de forma natural no sólo en lo técnico sino también en lo moral.

Tu religión no es la fuente de la moralidad: el dogma religioso occidental nació en las tribus de las arenas hará miles de años y lleva luchando contra el avance ético de la sociedad desde entonces, por medio no sólo de sus instituciones (la Iglesia Católica es un gran ejemplo), sino también de sus gentes. La religión ha tenido que adaptarse a la moralidad impuesta por una civilización más ilustrada y capaz, y no al revés. Con suerte no habrá ninguna lucha por la desaparición de la superstición dogmática; la adaptación de la religión llegará a tal punto que el dogma se diluirá por completo y habrá dificultades para encontrar siquiera a alguien que sea más que un 'deista', o sea, alguien sin dogma alguno que cree en una deidad sólo de forma figurada y por tanto no se tiene en más alta estima moral como persona, pueblo o incluso especie.

El discurso habla por sí sólo, pero me parece importante elaborar en el argumento simple y llanamente falso de que Hitler hizo las barbaridades que hizo porque era ateo. Primero, aunque lo hubiera sido, eso no significa que su ateísmo fuera el causante; también era vegetariano, pero nadie le da una carga moral a esa característica. Igualmente, no creer en cierta deidad entre las cientos de miles que ha habido no le convierte automáticamente en un ser malvado. Los horrores que cometió fueron motivados por su ideología política y su racismo, y son esas características las que le convierten en el ejemplo cliché de la maldad que es hoy día. El ateísmo es una falta de creencia e idealmente una conclusión a la que llega alguien tras pensar por sí mismo en lugar de ser adoctrinado; o sea, no hay paso lógico desde la no creencia en una deidad al racismo o a ideas políticas violentas o incluso genocidas. Por otro lado, si crees que un Dios infalible está de tu parte, la justificación es mucho más fácil.

De todas formas, no hace falta ir tan lejos en el argumento, ya que Hitler era católico y su partido fue respaldado por la Iglesia; y no, no 'renegaba de la religión' personalmente mientras 'se aprovechaba del cristianismo para matar judíos', ya que en lo personal creía al menos en un dios como fuerza no sólo creadora sino también activa del universo. De hecho ponía al comunismo y al ateísmo en el mismo saco; y todos sabemos lo que le gustaba el comunismo a Adolf. Pero me estoy yendo por las ramas...


(Argumento similar)
«¿Qué ocurre si me equivoco? Bueno, todos podemos estar equivocados; todos podríamos estar equivocados acerca del Monstruo de Espagueti Volador, el unicornio rosa invisible y la taza de té voladora. Doy por hecho que te has formado en la fe cristiana; ya sabes lo que es no creer en una fe en particular porque no eres musulmán ni hindú. ¿Por qué no eres hindú? Porque resulta que te has educado en los Estados Unidos y no en India. Si hubieras nacido en India serías hindú, si hubieras nacido en Dinamarca en la época de los vikingos creerías en Wotan y Thor, si hubieras nacido en la Grecia clásica creerías en Zeus, si hubieras nacido en centroáfrica creerías en el Gran Yuyu de la Montaña. No hay ninguna razón en particular para elegir al Dios judeo-cristiano en el cual te han educado por puro accidente y así vengas a preguntarme qué ocurre si me equivoco. ¿Qué ocurre si tú te equivocas acerca del gran Yuyu en el fondo del mar?»
Como veis, Richard Dawkins, como muchos otros, usa las parodias de la religión además de las deidades en las que ya nadie cree para argumentar que, en realidad, el 'onus probandi' (la responsabilidad de tener que probar una hipótesis) recae en los creyentes y no en los ateos. Creyentes, pensadlo bien.

De nuevo, os recomiendo que investiguéis un poco a la figura del día. Ha escrito muy buenos libros y ha creado ya varios documentales. Además, podéis encontrar cientos de entrevistas, monólogos y debates por la red. Por ejemplo, "¡Me ofende!" (hablaremos más de ello el viernes con ayuda de Stephen Fry), "¿Por qué?", "El Diseño Inteligente" y la comparación entre el negacionismo del Holocausto y el creacionismo.

Christopher Hitchens - No necesitamos a Dios

Seguimos con la iniciativa de dar cierta robustez a nuestras secciones de 'Religión' y 'Ciencias' durante las próximas semanas: hoy presentamos a Christopher Hitchens, un escritor y periodista conocido por sus perspectivas laicas y ateas. Aunque sus opiniones políticas y 'agresividad verbal' sean ciertamente cuestionables, es un buen orador y defensor de la razón:

«Puede no decirse que no hay Dios pero puede decirse que no hay razón para creer que exista. [...] Puede que quieras ser un deista, como eran mis héroes Thomas Jefferson y Thomas Paine, y puede que no quieras abandonar la idea de que debe haber una especie de causa primaria o un principio que mueva el universo conocido y observable, pero incluso si aceptas esa posición (que según los ateos de todas formas está sujeta a explicaciones mejores y más elegantes), todavía tienes un largo camino por delante hasta el teísmo: Dios se preocupa de ti, sabe quién eres, le importa lo que hagas, responde a tus plegarias, le importa qué partes del pene o clitoris te arranques o te arranquen, le importa con quién te acuestas y de qué manera, le importa los días santos que practiques, le importa lo que comas, le importa las posiciones que uses para darte placer... todavía tienes un largo camino por delante»

«Algunos ateos que conozco dirán que les gustaría poder creérselo. Algunos ex-creyentes que conozco dirán que les gustaría no haber perdido la fe. Esto no tiene ningún sentido: es excelente que no haya razones para creer en las absurdas propuestas a las que acabo de aludir. La razón principal de su sinsentido es que se trata de una creencia totalitaria; es el deseo de ser un esclavo. Es el deseo de que haya una autoridad inalterable, indiscutible y tiránica que puede condenarte por un 'crimen de pensamiento' mientras duermes, que debe subyugarte a una supervisión total, a todas horas, en cada momento dormido y despierto de tu vida. Pero no sólo de tu vida, sino también antes de que nazcas y, mucho peor, cuando las cosas se ponen realmente divertidas: cuando mueras; una Corea del Norte celestial. ¿Quién quiere que esto sea cierto? ¿Quién sino un esclavo desea un destino tan espantoso?

[...] Corea del Norte es la tiranía más nauseabunda, totalitaria y descorazonada que ha conocido la humanidad. Pero al menos puedes morir y dejar Cortea del Norte. ¿El Corán y la Biblia te ofrecen esa libertad? ¡No! La tiranía, la infelicidad, la completa propiedad divina de toda tu personalidad y la destrucción de tu individualidad sólo comienzan cuando mueres»
Como siempre, os recomiendo que le investiguéis en debates, entrevistas, presentaciones y en sus propios libros. De todas formas, no os lo recomendaré con tanta vehemencia como a otros, por las razones que ya he dado en la introducción y también porque al contrario que sus compañeros usa más retórica pura que razonamientos estrictamente correctos.

Tim Jackson - La nueva economía

Aunque actualmente se están tomando todos los pasos en esta crisis para que no haya una reforma hacia algo más lógico, existen aquellos que aún con intenciones de proteger el sistema proponen una evolución. Eso es lo que ocurre con Tim Jackson, que recitó en TED un monólogo de lo más elocuente acerca de un modelo de libre empresa que se base menos en un sistema financiero intangible y más en los recursos que realmente tenemos.

En esencia, se trata de una versión primitivísima de una economía basada en recursos, o para ser más específicos, podría definirse como la última adaptación del capitalismo antes de que evolucione al siguiente paso lógico o, en su defecto, siga forzando su camino para finalmente caer sin sustituto alguno.


(Ver en TED.com con subtítulos en inglés)

Es muy curioso: antes de esta nueva Gran Depresión, era una especie de tabú plantear propuestas de esta índole en un entorno 'serio' de economistas y otros especialistas, aquellos de pensamiento tradicional mayoritario o 'mainstream'. Mejor dicho, eran ideas que se desechaban jocosamente, sin prestarles ni un momento de atención, como el mismo Tim Jackson menciona en el vídeo. Y ahora tenemos a este hombre hablando de una economía que, si bien seguiría bajo el paradigma monetario, se centraría más en los recursos. No, no funcionará a la larga. En absoluto. Pero permitirá una evolución a algo más razonable, sin necesidad de un cataclismo.

Ni siquiera él mismo ve lo bastante lejos como para darse cuenta de que esa adaptación del capitalismo y otros nuevos métodos de manejar la economía y las empresas serán la razón primordial de su desaparición final, y por eso mismo es muy interesante verle hablar. Así, Jackson se une a Daniel Pink hablando del erróneo concepto de la pobre teoría de la motivación monetaria y a Ken Robinson hablando de la creatividad en el grupo de individuos que, defendiendo todavía las bases actuales del sistema, buscan reformas y alternativas. Debo admitir que es divertido que ni siquiera se den cuenta.

Daniel Pink & El incentivo monetario

Daniel Pink es un escritor estadounidense que básicamente se centra en nuevos modelos de trabajo, basándose en varias investigaciones llevadas a cabo en el último siglo en torno al incentivo del trabajo.

Ya hablamos de ello por aquí al presentar la economía basada en recursos, y lo curioso es que muchos toman la idea de "trabajar gratis" como utópica. Pues resulta que las investigaciones científicas al respecto han llegado a la conclusión de que, aunque el inventivo monetario es útil para tareas puramente mecánicas, en cuanto entran en acción habilidades cognitivas rudimentarias, el resultado es contraproducente. Siguiendo la línea de su obra más nueva "Drive", Dan Pink lo explicó muy bien en una conferencia para la Royal Society for the encouragement of Arts, de la que he encontrado una versión resumida, animada y además subtitulada, lo que lo hace más entretenido y accesible:


¿Acaso no es esta información terriblemente trascendental?

Veamos, ¿qué puede llegar a acarrear esto? Que una vez el trabajo mecánico esté por completo automatizado, el beneficio monetario como incentivo será inútil para el resto de trabajos, ya que requieren actividad cognitiva; creatividad, ingenio y curiosidad. En conclusión, estos nuevos descubrimientos sociológicos y psicológicos son otro punto más a favor de una de las mayores comprensiones del último siglo: un sistema no-monetario avanzado técnicamente no es sólo posible, sino que es el curso natural y obligado de nuestro sistema y de nosotros mismos, de nuestra sociedad y de nuestra sociobiología.

Espectacular discurso de un veterano

Son muchos los que intentan dar a conocer la criminalidad de la guerra de Iraq y, porque no, de todas las guerras habidas y por haber. En cambio, rara vez nos llegan tales declaraciones por parte de alguien que ha estado allí, de un veterano de guerra. Y rara vez tales mensajes son tan emotivos.


Sin duda, un gran discurso en contra de las guerras y de quienes nos las venden porque es rentable. Si ocurriera como dice el ex-soldado, si de verdad la gente despertara y se limitara a ignorar (no hablo de actuar, de revolucionarse; no hablo de un esfuerzo sobrehumano) a los que nos dicen cómo debemos pensar,  se abrirían las puertas a un nuevo mundo. No sería un mundo feliz automáticamente, no se arreglarían todos los problemas; pero el primer paso es que todos aceptemos el problema. Eso es abrir las puertas a un mundo mejor.

Sir Ken Robinson y la creatividad en los niños

No es noticia que el sistema educativo de este y de prácticamente todas las naciones de la tierra está realmente jodido. No hay otra palabra para describirlo, o al menos no una que lo describa con tanta certeza, excepto quizás la expresión inglesa intraducible cluster fuck. No sé por qué, pero le he cogido un especial cariño a la palabra, quizás por la pronunciación -como me ocurre con vegetable, creature o alcachofa en nuestro idioma.

Pero esto no tiene nada que ver con esta pequeña reseña, por supuesto. He venido aquí para mostraros el vídeo de una conferencia en TED dada por Sir Ken Robinson, un antiguo profesor de universidad que nos habla de los sistemas educativos actuales y de como estos aplastan la creatividad de sus alumnos.


(Gracias a Kratos por el vídeo subtitulado)

Como habéis visto (si no, dejad de leed y miraos el vídeo, que para eso lo he puesto todo en orden), aunque el vídeo dura veinte minutos y está en inglés, es verdaderamente entretenido y acompaña sus argumentos con bromas e historias graciosas. De todos modos, los subtitulos no son perfectos; probablemente los haga yo mismo algún día, aunque no prometo nada.

Aunque Robinson no profundiza demasiado en sus ideas y la conclusión es cuanto menos vaga, eso no significa que no dé en el clavo a más de una diana. Escuchadle con atención porque enmendar nuestra educación colocaría nuestra disposición mental en el lugar adecuado para una reforma completa del sistema.