«Puede no decirse que no hay Dios pero puede decirse que no hay razón para creer que exista. [...] Puede que quieras ser un deista, como eran mis héroes Thomas Jefferson y Thomas Paine, y puede que no quieras abandonar la idea de que debe haber una especie de causa primaria o un principio que mueva el universo conocido y observable, pero incluso si aceptas esa posición (que según los ateos de todas formas está sujeta a explicaciones mejores y más elegantes), todavía tienes un largo camino por delante hasta el teísmo: Dios se preocupa de ti, sabe quién eres, le importa lo que hagas, responde a tus plegarias, le importa qué partes del pene o clitoris te arranques o te arranquen, le importa con quién te acuestas y de qué manera, le importa los días santos que practiques, le importa lo que comas, le importa las posiciones que uses para darte placer... todavía tienes un largo camino por delante»Como siempre, os recomiendo que le investiguéis en debates, entrevistas, presentaciones y en sus propios libros. De todas formas, no os lo recomendaré con tanta vehemencia como a otros, por las razones que ya he dado en la introducción y también porque al contrario que sus compañeros usa más retórica pura que razonamientos estrictamente correctos.
«Algunos ateos que conozco dirán que les gustaría poder creérselo. Algunos ex-creyentes que conozco dirán que les gustaría no haber perdido la fe. Esto no tiene ningún sentido: es excelente que no haya razones para creer en las absurdas propuestas a las que acabo de aludir. La razón principal de su sinsentido es que se trata de una creencia totalitaria; es el deseo de ser un esclavo. Es el deseo de que haya una autoridad inalterable, indiscutible y tiránica que puede condenarte por un 'crimen de pensamiento' mientras duermes, que debe subyugarte a una supervisión total, a todas horas, en cada momento dormido y despierto de tu vida. Pero no sólo de tu vida, sino también antes de que nazcas y, mucho peor, cuando las cosas se ponen realmente divertidas: cuando mueras; una Corea del Norte celestial. ¿Quién quiere que esto sea cierto? ¿Quién sino un esclavo desea un destino tan espantoso?
[...] Corea del Norte es la tiranía más nauseabunda, totalitaria y descorazonada que ha conocido la humanidad. Pero al menos puedes morir y dejar Cortea del Norte. ¿El Corán y la Biblia te ofrecen esa libertad? ¡No! La tiranía, la infelicidad, la completa propiedad divina de toda tu personalidad y la destrucción de tu individualidad sólo comienzan cuando mueres»
Christopher Hitchens - No necesitamos a Dios
Publicado por
LukaNieto
on martes, 19 de octubre de 2010
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Etiquetas:
Conferencia,
Religión / Pseudociencia
Seguimos con la iniciativa de dar cierta robustez a nuestras secciones de 'Religión' y 'Ciencias' durante las próximas semanas: hoy presentamos a Christopher Hitchens, un escritor y periodista conocido por sus perspectivas laicas y ateas. Aunque sus opiniones políticas y 'agresividad verbal' sean ciertamente cuestionables, es un buen orador y defensor de la razón:
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