El dilema de la tecnología

La humanidad ha sido ama de la tecnología desde sus humildes comienzos. De hecho, las funciones cerebrales superiores que nos permiten crear y manejar herramientas son, en esencia, lo que nos distingue como especie, por muy capaces que puedan ser otros simios. Nuestra creatividad nos define y lo que sea que hagamos con ella indicará el progreso de nuestra civilización. Después de todo, la tecnología ya no está compuesta solo por herramientas de creación sino también por armas de destrucción.

Por desgracia, incluso en Occidente la gente muestra una extraña ambivalencia hacia la ciencia y la tecnología moderna. Sin duda es comprensible: generaciones aún vivas recuerdan lúcidamente los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Específicamente, recuerdan la bomba atómica. ¿Acaso puede discutirse? Fue una abominable e inexcusable invención de destrucción masiva. Ya lo dijo uno de los padres del Proyecto Manhattan, J. Robert Oppenheimer, citando el Bhágavad-guitá, un antiguo texto sagrado hinduista: «Me he convertido en La Muerte, el destructor de mundos».

Pero no olvidemos que el poder del átomo también nos ha traído avances ilimitados en la obtención de energía, la medicina y el conocimiento. Se perdería mucho sin estos avances, como el Gran colisionador de hadrones de CERN que ahora mismo desentierra los misterios del universo temprano y desafia el Modelo estándar de física de partículas al poner a prueba la existencia del Bosón de Higgs. La energía nuclear, como cualquier tecnología, puede usarse como una herramienta de creación. Como declaró el difunto astrofísico Carl Sagan:
«El mismo cohete y tecnología nuclear e informática que envía a nuestras naves más allá de los planetas conocidos también pueden usarse para destruir nuestra civilización global. Exactamente la misma tecnología puede usarse para el bien y para el mal».
La ciencia, y su materialización en la tecnología moderna, es neutral. El bien y el mal de la tecnología no se encuentra en su interior sino en aquello que acabemos haciendo con ese conocimiento. La humanidad tiene la clave tanto para el bien moral como para la malicia y codicia puras: la tecnología no es ni más ni menos que un medio, una herramienta que podemos usar para la creación o la destrucción.

Nuestro futuro y quizá incluso el de este punto azul suspendido en el espacio dependen de nosotros. Solo las herramientas de creación pueden traernos ese futuro. Cualquier futuro.
(The original article written in English here: The Quandary of Technology)

1 comentarios:

Baleperson dijo...

Bueno Luka, otro articulo que da de lleno en mi generación, pos-posguerrica y que me toca la fibra mental de haberse criado con la "guerra fría" y sus conspiraciones, pero tengo que reconocer que gracias a estos artículos y las largas conversaciones con vosotros ( que hecho de menos, cuando no suceden con la frecuencia que me gustaría)   me voy liberando de esas lacras.  Bueno gracias una vez más por un buen articulo. 

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