Europa acaba con ACTA

Hoy mismo el pleno del Parlamento Europeo ha rechazado el Acuerdo Comercial Anti-Falsificación, mejor conocido como ACTA, un acuerdo que establecería estándares internacionales del cumplimiento de los derechos de propiedad intelectual que amenazaba el futuro de Internet, de los medicamentos genéricos y de muchos de nuestros derechos civiles.

Con 478 votos en contra, 39 a favor, 165 abstenciones y el rechazo pronunciado de todos los partidos europeos excepto (sorpresa, sorpresa) el del Partido Popular Europeo, los 27 han tumbado unilateralmente al ACTA; el único pez gordo internacional que todavía apoya la propuesta es Estados Unidos, y sin la compañía de aliados como Australia y Europa se prevé que Washington retirará su apoyo, rematando así esta broma de mal gusto.

Entre otras cosas, ACTA haría responsables a los proveedores de acceso a internet del contenido protegido por derechos de autor que suban sus usuarios a la red, obligándoles a tomar un papel de policía que no les corresponde, y tendrían que proporcionar las direcciones IP de sospechosos de piratería a las autoridades. Pero esto va más allá de internet. Dado que el acuerdo es increíblemente vago, en esencia podría criminalizar los medicamentos genéricos: ya que carecen de propiedad intelectual, podrían considerarse drogas ilegales.

Sin duda las leyes de propiedad intelectual están anticuadas y necesitan una revisión: Internet ha marcado un antes y un después tecnológico y cultural y la legislatura no se ha puesto al día. Por desgracia, la mayoría de leyes propuestas para lidiar con los conflictos que este nuevo mundo ha creado no pretenden aprovechar la tecnología y crear nuevas oportunidades para los autores sino limitarla para, precisamente, no tener que cambiar la industria en absoluto. Eso es lo que hacía ACTA, como ya lo habían hecho antes SOPA y PIPA en Estados Unidos, y eso es lo que, con suerte, no se volverá a intentar en la comunidad internacional.

En efecto, con el batacazo que han recibido esta clase de leyes últimamente (con la excepción regional de la Ley Sinde aquí en España), es plausible que la Unión Europea empiece a proponer reformas legislativas en el ámbito de la propiedad intelectual que aprovechen las ventajas que nos ha traído el mundo digital en vez de pisotearlas. Al margen de lo que nos depare el futuro, este es un gran día para los ciudadanos europeos: por primera vez hemos prestado atención a la política supranacional y nos hemos movilizado juntos contra un tratado que podría abusar el derecho a la privacidad y a la información de los europeos.

En el mismo día que la organización cientíifica europea CERN anuncia que, con casi total seguridad, por fin han descubierto el bosón de Higgs, una partícula que explica por qué las demás partículas elementales tienen masa y completa el modelo estándar de física de partículas, la Unión Europea decide (con la excepción del partido europeo derechista, retrógrado no solo en asuntos sociales sino también económicos) que no vamos a seguir aprobando leyes anti-progresistas. Ahora mismo el futuro no pinta tan sombrío.

1 comentarios:

Baleperson dijo...

Gracias una vez más Luka por la información bien presentada.

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