Entre los logros de la Presidencia española de la Unión Europea, ha pasado prácticamente desapercibida la aprobación de un programa de vigilancia y recolección sistemática de datos personales de ciudadanos sospechosos de experimentar un proceso de “radicalización”. Este programa puede dirigirse contra individuos involucrados en grupos de “extrema izquierda o derecha, nacionalistas, religiosos o antiglobalización”, según figura en los documentos oficiales.Hubo un día en el que esto habría parecido impensable, pero hoy por hoy lo tomamos como el siguiente paso lógico. Aun así, no deja de ser inaceptable; esto puede ir incluso más allá de la Acta Patriótica estadounidense, y en cambio ha pasado muchísimo más desapercibida. Por desgracia, incluso cuando llega a los oídos de la gente a pesar del silencio de los medios de comunicación masivos, no suelen comprender que incluso dentro de este sistema, esta clase de actos son anti-constitucionales.
El pasado 26 de abril, el Consejo de la Unión Europea reunido en Luxemburgo abordó el punto del orden del día titulado “Radicalización en la UE”, que concluyó con la aprobación del documento 8570/10.[...] Así, un activista de una organización civil, política o ciudadana, sin vínculos con el terrorismo, podría ser espiado en el marco de un programa que invita a investigar desde el “grado de compromiso ideológico o político” del sospechoso, hasta si su situación económica es de “desempleo, deterioro, pérdida de una beca o de ayuda financiera”.
[...]El acuerdo pone también bajo la lupa policial a ciudadanos que defiendan las ideas radicales clásicas, las de aquellos partidarios del reformismo democrático que tanto bien han hecho a la democracia. Incluso podría aplicarse contra quienes se consideren radicales en sentido etimológico, pues “radical” es, ni más ni menos, el que aborda los problemas en su raíz.
El acuerdo pulveriza el espíritu europeo de tolerancia hacia todas las ideas, siempre que se defiendan mediante la palabra pues, en su afán de prevenir el terrorismo, amplia el abanico de sospechosos hasta diluir la notable diferencia entre los medios con que se defienden las ideas y las ideas mismas.
La UE vigilará a los ciudadanos de opiniones radicales
Como lo oís: la Unión Europea ha aprobado un documento que, en esencia, da cabida a espiar a ciudadanos europeos que tengan opiniones radicales. No necesariamente violentas ni peligrosas; solo radicales, diferentes, que requieran de un cambio de raíz en el sistema, ya que por lo visto, eso es un indicio de que se convertirán en terroristas.
3 comentarios:
habiendo leido los dos textos que vosotros apuntais, sinceramente no veo lo mismo que vosotros.
donde vosotros veis una especie de gran hermano de espionaje de personas individuales, yo veo un cuestionario para describir e identificar grupos de riesgo, y para poder explicar como el grupo de riesgo se convierte en un grupo terrorista (si se da el caso, claro), y para vigilar posibles focos de reclutamiento.
no leo en ningun punto la palabra "persecución", como tu compañero blogger si lee.
Nada nuevo. Los presos políticos en el estado son incontables y muchísimos sin haber cogido un arma en su puta vida. Siempre se ha perseguido al antisistema y así seguirá siendo en esta memocracia
Héctor, se trata de privacidad. Con esto, con que tengas un pensamiento radical (radical, no necesariamente violento), ya que hay "peligro de que te hagas violento", pueden invadir tu privacidad.
Hasta ahora eso era MUY ilegal. Ahora, al contrario.
Publicar un comentario
Escribe tu comentario aquí.