La Teoría del 'Big Brain'

Los sociólogos, antropólogos y economistas han descrito últimamente a la sociedad como una "inteligencia colectiva" y la han comparado figuradamente con un cerebro. En efecto, la sociedad funciona como si fuera una estructura global dirigida por la gente, al igual que el cerebro es un cajón en el que las neuronas se montan una fiesta eléctrica (al fin y al cabo, tanto el cerebro como la sociedad se han comparado también con un ordenador).
«Esta clase de esfuerzo [democrático] es especialmente importante si deseamos que nuestra inteligencia colectiva sea más consciente, deliberada y sabia; un desarrollo que me parece vital para nuestra supervivencia durante el siglo 21. Pero la inteligencia colectiva existirá siempre que la sociedad exista, incluso sin estas innovaciones. La inteligencia colectiva, como la inteligencia individual, simplemente existe». -Tom Atlee, '¿La inteligencia colectiva es como la inteligencia individual?'
Esta metáfora tan simple como fascinante, a la que de ahora en adelante me referiré jocosamente como "La teoría del Big Brain" o Gran Cerebro, funciona sorprendentemente bien al tener en cuenta varios campos del estudio de la sociedad y no perece al confrontarse a formas menos cooperativas de organizaciones vitales como el fascismo. Parece obvio que la metáfora solo debería funcionar cuando la sociedad está en un estado de democracia o, mejor aún, en un sistema dirigido por la ciencia en el que el poder ni siquiera lo sostienen las opiniones del pueblo sino los hechos que el pueblo prueba científicamente. En efecto, Pierre Lévy dijo al respecto que «el totalitarismo se colapsó al enfrentarse a nuevas formas de trabajo móviles y cooperativas. Era incapaz de inteligencia colectiva

Desgraciadamente, eso no es del todo cierto. Sin duda, todo esto no es más que una analogía usada en la divulgación científica y, como siempre ocurre con las analogías, no constituye una equivalencia exacta. Pero podemos modificar y expandir el punto de vista de esta idea y darnos cuenta de que la sociedad funciona como un colectivo incluso en un enfoque gubernamental totalitario "top-down" (de arriba a abajo); simplemente se necesita muchísimo más tiempo porque esos estados obstruyen la cooperación, poniendo barreras entre la gente. Así que no digo que los gobiernos totalitarios ayuden a la inteligencia colectiva de ninguna forma, sino más bien al contrario: nuestro Gran Cerebro emerge a pesar de ello. La dictadura es para las sociedades lo que el daño cerebral es para nuestras mentes.

¿Por qué exactamente sigue funcionando la Teoría del 'Big Brain' en un sistema tan cerrado? Bueno, empecemos razonando que el sistema ya mencionado en el que reinan los hechos se parece más que la democracia a la imagen del cerebro colectivo, ya que una sociedad dirigida por la ciencia llega más rápido y con más éxito a las decisiones, imitando mejor la conexión casi instantánea entre las redes neuronales.

De hecho, la comparación puede no ser del todo justa, ya que una cultura centrada en la ciencia se basaría conscientemente en nuestros procesos mentales; un enfoque completamente "bottom-up" (de abajo a arriba) con toda clase de científicos sociales y naturales y técnicos trabajando primero independientemente y luego juntos en una especie de red, resultando en cualesquiera que sean las conclusiones derivadas de los estudios. No hay una centralización del poder y la toma de decisiones, ninguna intención que lo abarque todo, sino una gran variedad de acciones conscientes confinadas que definen inconscientemente el camino que tomará toda la sociedad al estar conectadas a la red, a la sociedad, a nuestro Gran Cerebro; así funciona el cerebro y así es exactamente como funciona la naturaleza, desde la química hasta la evolución por selección natural: no hay ninguna necesidad intrínseca de un poder que lo abarque todo, ya sea un Dios creador en la naturaleza o un gobierno tradicional en la sociedad.

Un sistema objetivo es algo mejor que una democracia justo como una democracia es un poco mejor que una dictadura; y por tanto, este poder de los hechos funciona mejor en la analogía porque es más rápida, está más perfilada y sin un gobierno no existe una intención que lo abarque todo para así (casi siempre involuntariamente) obstruir el progreso. Una dictadura lo lleva al extremo al no sólo poner paredes entre la gente sino también aplastándolos. Al hacerlo, el progreso se estanca tanto como la lengua se estanca por una afasia; y la única forma de percibir progreso alguno es cambiar de perspectiva y tomar una muestra de un periodo mucho mayor de tiempo, en el que uno puede notar una ligera mejora en la enfermedad, ya sea un gobierno estancado o una incapacidad resultada de una lesión en el cerebro izquierdo.

Entonces, es vital comprender el hecho de que cuanto más libre sea la gente más progresiva será la sociedad, al igual que un cerebro sano, sin enfermedades, es capaz de hacer su trabajo sin trabas:
«Sugiero además que el valor primario de la inteligencia colectiva no es ayudar a un colectivo en la manipulación o adelantar a otro, sino permitir sistemas democráticos y auto-organizados que puedan responder creativamente a las condiciones cambiantes a su alrededor. El mayor propósito de la inteligencia colectiva es acceder a la sabiduría del conjunto por el bien del conjunto». -Tom Atlee, 'Dejemos clara la importancia de la inteligencia colectiva'
Pero hay otro paralelismo más que aún no he mencionado entre la sociedad y el procesador de información increíblemente complejo que tenemos en la cabeza. Por lo que sé, este tema no se ha tratado: podemos seguir expandiendo la analogía hacia una transición teórica desde una clase de sociedad a otra. La concienciación es la clave para el desarrollo humano. Eso no es una estupidez 'New age': con concienciación me refiero a conocimiento común; en este caso, conocimiento común acerca de la evolución imparable de la humanidad. Si os suena increíblemente idealista, probablemente sea así porque lo es; al igual que es muy difícil replantearnos lo que damos por hecho inconscientemente, es muy difícil que una sociedad cambie de perspectiva lo suficientemente rápido. Cuando ocurre, normalmente es tras una paga considerable en sangre.

El poeta estadounidense Taylor Mali dijo una vez que «cambiar de forma de pensar es una de las mejores formas de saber si todavía puedes pensar». Y tiene toda la razón, como sabemos todos aquellos que hemos reconsiderado nuestras suposiciones más básicas: no es nada fácil tomar lo que consideras 'sentido común', conocimiento popular o cualquier otra forma fundamental de pensamiento y someterla al mismo escrutinio crítico que todas las demás ideas se merecen, y puede que te deje más confuso que al principio, ya que una respuesta negativa no implica la apariencia inmediata de una alternativa (algo que, por cierto, los anti-ciencia no parecen llegar a entender; por ejemplo, aunque pudieras probar la falsedad de la selección natural, sin duda el creacionismo no es la mejor alternativa).

Hablé de dicha transición en un artículo llamado "La evolución social en una sociedad emergente", en el que intentaba encontrar una manera de evitar el derramamiento de sangre habitual: básicamente se resume en darse cuenta conscientemente de la transición inevitable y estrecharla de la mejor forma posible. Pero, por supuesto, un individuo se convence con mucha más facilidad que toda la sociedad; el Gran Cerebro es, bueno, más grande.
«[..] ¿cómo puede evitarse que la cultura que surja de las nuevas técnicas siga el mismo ciclo de ‘estancamiento-revolución-estancamiento’? ¿Cómo crear una sociedad que evolucione aceptando las pequeñas mutaciones, en vez de resistirse a ellas acumulando presión para finalmente explotar y sucumbir inevitablemente al siguiente paso lógico? ¿Cómo hacer que la mismísima base de la sociedad, con su economía y su cultura, acabe con la tendencia del ser humano a cambiar de modelo socio-económico dominando al sistema imperante? En definitiva, ¿cómo podemos evitar un sistema establecido y llegar a un sistema emergente?

[...] La cuestión consiste en organizar la aplicación de estas nuevas técnicas de tal manera que aquellos pioneros al frente de la evolución social no puedan (ni quieran) ser
líderes, sino hacedores. En lugar de dirigir el sistema de forma global, hacen cosas para mejorar características específicas de éste. Por tanto, para evitar el estancamiento de ideas a nivel social, para evitar un sistema establecido, no puede haber un gobierno tal y como lo conocemos; todos los individuos gobiernan o guían a la sociedad por medio de sus aportes en la técnica y la cultura.

Así se crea una
sociedad emergente. Siguiendo el curso natural de la técnica, la comunicación entre seres humanos se facilita hasta llegar a una interconexión global, con lo que cada individuo sabe perfectamente que su contribución le ayudará a sí mismo, a su familia y a todos los demás y que los aportes del resto del mundo seguirán el mismo camino, no interrumpidos por un gobierno que sería innecesario en este contexto histórico. Al no haber un poder que lo englobe todo, en este sistema la única constante es el cambio. El ciclo de ‘estancamiento-revolución-estancamiento’, con su lucha entre viejas y nuevas ideas, simplemente deja de funcionar y se sustituye de forma natural por otro paradigma: la evolución social en una sociedad emergente».
La única forma de llegar a tal estado de organización humana es, de alguna forma, atraer la atención de la gente al hecho de que ocurrirá alguna clase de transición lo queramos o no, y la lógica nos dice que será mejor que estemos socialmente preparados. Nótese el énfasis en el "de alguna forma": los procesos que podrían seguirse en la transición son tan increíblemente complejos que dudo sinceramente que pueda hacerse un análisis exhaustivo; tanto la política, los movimientos sociales y las presiones tecnológicas y medioambientales entrarán en juego y constituyen una mezcla muy peligrosa si la gente no reconoce el cambio conscientemente. Difundir la toma de conciencia de dicha transición tan importante se trata de un activismo mucho más meritorio que cualquier clase de plan fantástico de transición socio-política.

En tu vida, cuando tu mente da cosas por hecho inconscientemente, cuando tus mayores presunciones no se perciben y no reciben un análisis apropiado de los hechos, tú eres el que sufre cuando algo reta esa presunción. Cuando las presunciones más básicas del Gran Cerebro no se examinan críticamente y la sociedad cambia inevitablemente de una clase de sistema a otro muy distinto, todos sufrimos.
(El artículo se ha escrito originalmente en inglés aquí: The Big Brain Theory)

2 comentarios:

Danny dijo...

Simplemente perfecto Luka :)

Solmos dijo...

Muy buen artículo Luka, aunque me hubiera gustado que hubieras hablado más de la inteligencia colectiva y al concepto de una sociedad bottom-up.

He traducido un artículo en mi blog que puede aportar información adicional al concepto de inteligencia colectiva: http://apologiadelarazon.blogspot.com/2010/12/el-tamano-si-que-importa.html

Espero que te guste

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