Jesus el revolucionario y otras mentiras

Hay un Dios de la derecha y uno de la izquierda. Esa afirmación simplifica la realidad pero se hace entender. A muchos les disgusta la homosexualidad porque está en efecto prohibida en el Antiguo Testamento. Los cristianos liberales responderán que el Nuevo Testamento supera a los convenios mosaicos, que con Jesús se abolieron esas nociones bárbaras. Ambos tienen parte de razón. Pero ambos están profundamente equivocados.

Tratemos primero la equivocación de los tradicionalistas. Afirman tomarse la Biblia literalmente y no solo como una vaga guía moral, lo cual es una terrible idea ya que dicho texto no se corresponde en absoluto con la realidad, pero al menos es internamente consistente ya que se afirma en varios pasajes de la Biblia que sus palabras han de tomarse al pie de la letra. El problema yace en que ni siquiera cumplen su palabra. Citemos a Levítico 18:22 y 20:13:
«No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación».
«Si alguien se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos».
Los conservadores estarán sin duda de acuerdo. Pero el Levítico es tierra fértil de otras muchas leyes y prohibiciones ridículas, y estas los mismos tradicionalistas sí que las ignoran:
Levítico 11:10 «Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en los mares y en los ríos, entre todo lo que se mueve en las aguas y entre todas las criaturas vivientes que están en el agua, serán abominación para ustedes».
Levítico 20:9 «Todo aquél que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente se le dará muerte; ha maldecido a su padre o a su madre, su culpa de sangre sea sobre él».
Levítico 20:18 «Si alguien se acuesta con mujer menstruosa y descubre su desnudez, ha descubierto su flujo, y ella ha puesto al descubierto el flujo de su sangre; por tanto, ambos serán exterminados de entre su pueblo».
Levítico 25:44-45 «En cuanto a los esclavos y esclavas que puedes tener de las naciones paganas que los rodean, de ellos podrán adquirir esclavos y esclavas. También podrán adquirirlos de los hijos de los extranjeros que residen con ustedes, y de sus familias que están con ustedes, que hayan sido engendradas en su tierra; éstos también pueden ser posesión de ustedes».
He aquí prohibiciones ridículas sobre costumbres y alimentos y regulaciones bárbaras sobre la esclavitud que nadie observa hoy día. Entonces, ¿los conservadores no están haciendo exactamente lo que acusan a los liberales, elegir selectivamente de los pasajes de la Biblia? Sin duda existen excusas. El ejemplo de la esclavitud es habitual: según dicen, nuestro concepto de esclavitud era muy distinto al nuestro. Les trataban bien. Primero, poseer un ser humano es inmoral, al margen del trato. Segundo, veamos qué dice este otro pasaje:
Levítico 25:44-45 «Si alguien hiere a su siervo o a su sierva con una vara, y muere bajo su mano, será castigado. Sin embargo, si sobrevive uno o dos días, no se tomará venganza, porque es propiedad suya».
Un trato magnífico sin duda: ¡Se te castigará si hieres a tu esclavo... a menos que sobreviva uno o dos días! Entonces no pasa nada y todos contentos.

La Biblia, particularmente el Antiguo Testamento, está repleta de pasajes similares en los que Dios apoya directamente el sacrificio humano (Génesis 22:1-18, Éxodo 13:2), la violación sexual con el castigo de la victima (Deuteronomio 21:10-14, Deuteronomio 22:28-29), la esclavitud sexual (Éxodo 21:7-11), la muerte de aquellos que ignoran a los sacerdotes (Deuteronomio 17:12), la muerte de los adivinos (Levítico 20:27), la muerte de aquellos que golpeen a sus padres (Éxodo 21:15), la muerte de adúlteros y fornicadores (Levítico 20:10, 21:9), la muerte de creyentes de otras religiones y de ateos (Éxodo 22:19, 2 crónicas 15:12-13), la muerte de aquellas que no lleguen vírgenes al matrimonio (Deuteronomio 22:20-21) y otras muchas torturas y muertes por razones ridículas. Ante todo, Dios quiere que matemos.

Es ahora que los cristianos progresistas ponen los ojos en blanco y replican de forma condescendiente: «¡Pero hombre, ese es el Antiguo Testamento! ¡Jesús abolió esas prácticas bárbaras!». En efecto, muchos ven a Jesús como un personaje revolucionario que transmite un mensaje de amor. Tanto esta percepción como la idea de que abolió las leyes antiguas están profundamente equivocadas. De hecho, según el Nuevo Testamento Jesús viene a hacer cumplir los antiguos mandamientos y además no deja lugar a la interpretación personal:
Mateo 5:17-18 «No piensen que he venido para poner fin a la Ley o a los Profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir. Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Ley hasta que toda se cumpla».
2 Pedro 1:20-21 «Pero ante todo sepan esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron por Dios».
Jesús también impone leyes concretas y en casos como el adulterio supera al Antiguo Testamento tanto en la sensibilidad del pecado como en el castigo: ya no solo debes morir por cometerlo, sino que por siquiera pensar en cometerlo irás al infierno para toda la eternidad a menos que te mutiles. Los próximos pasajes son palabras de Jesús:
Marcos 7:10 «Porque Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre", y "el que hable mal de su padre o de su padre, que muera"».
Mateo 5:27-30 «Ustedes han oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te hace pecar, arráncalo y tíralo; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno».
Mateo 10:34-38 «No piensen que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada. Porque he venido a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra [...]. El que ama al padre o a la madre más que a Mí, no es digno de Mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a Mí, no es digno de Mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí.».
Muchos se sorprenderán ante estas barbaridades. Seguro que tenéis alguna Biblia cerca: podéis comprobar vosotros mismos que ninguna de estas citas está sacada fuera de contexto, ninguna exagerada en su traducción. De hecho, la mayoría son traducciones nuevas que pretenden aliviar el barbarismo original. Los cristianos conservadores son tan quisquillosos como sus adversarios al escoger pasajes que les agraden y los cristianos liberales ignoran que su visión de Jesús no podía estar más lejos de la verdad bíblica. Este es el resultado inevitable de una religión en la que la mayoría de adeptos no ha leído el texto en el que se originan sus creencias. Ya lo dijo el ex-reverendo Donald Morgan:
«Una lectura y comprensión completas de la Biblia
son el camino más seguro al ateísmo».

2 comentarios:

Baleperson dijo...

Que verdad tan claramente dicha. Siempre he pensado, desde que hice la primera comunion, la cual fue tan decepcionante que nunca mas volvi a ir. Que me pierdo, pues eso que desde entonces siempre he pensado que los seguidores de la biblia son unos farsantes, ya que no cumplen ninguna de sus leyes o solo aquellas que les interesan y ademas se atreven a criticar y calificar de barbaros a aquellos que siguen las leyes de sus" libros sagrados" las cuales , por cierto son muy pero que muy parecidas. Os suena de algo esos pasajes que ha resaltado Luka con referencia a las mujeres, cortar la mano.etc., pues eso. Gracias Luka, una vez mas por un articulo tan interesante y tan bien escrito.

Conan dijo...

Por contradicciones y frases macabras no será. Desde luego ahí no se ve ninguna revolución por parte de Jesús, no obstante la biblia es un libro de su tiempo, reescrito, traducido e interpretado a placer en diversas ocasiones.

En realidad, la revolución de Jesús está en la instauración de la eucaristía, el pan y el vino. Hasta entonces si querías honrar a dios tenías que sacrificar un cordero, un bien preciado que no todo el mundo tenía a mano, el pan y el vino eran mucho más mundanos. Gracias a Jesús todo el mundo podía rendirse ante el señor y en cualquier momento. ¿Humildad o proselitismo?

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