Santiago Niño Becerra - La crisis y el futuro

En la siguiente entrevista, el economista catalán Santiago Niño Becerra deja claro que las consecuencias de la crisis actual irán para largo y que serán en principio desastrosas debido al desempleo. Por otro lado, también serán esperanzadoras, ya que perfilarán un futuro más justo; no porque las clases altas vayan a querer compartir ni porque todas las empresas se vayan a convertir de repente en ecologistas y humanitarias, sino porque así lo requerirá el curso natural de este sistema socioeconómico y el de la técnica. En otros aspectos, sus predicciones no son tan positivas.


(Ver Parte 2 - Parte 3 - Parte 4 - Parte 5)
"En el año 2020, cuando nos recuperemos, ¿qué pasará? Lo que no va a pasar es que no vamos a volver a los créditos que hemos tenido y demás; a esto no vamos a volver. Vamos a una recuperación basada en la productividad y la eficiencia, lo cual va a poner de manifiesto que va a faltar trabajo y capital. Va ha haber factores productivos que van a sobrar".

"La clase media ya está liquidada. [...] Fue un invento ideado después de la Segunda Guerra Mundial para dar salida a la actividad productiva que se estaba generando. Evidentemente, va a haber clases [...], pero no será un concepto de clase basado exclusivamente en la renta y el patrimonio como es hoy. Es decir, entrarán otros factores en juego: el saber generar valor y qué aporte la persona al conjunto".

"No podemos seguir desperdiciando. Este concepto es básico. Por ejemplo, el automóvil: según la última encuesta del Ayuntamiento de Barcelona, un automóvil lo está utilizando 1,1 persona. ¿Cuánto al día? ¿Una hora? ¿Una hora y media? El resto del tiempo ese automóvil está parado. ¿Somos conscientes de la cantidad de recursos que hay en un automóvil? Hay acero, goma, plásticos, textil, energía, cristal; infrautilizados. Eso ha sido genial en una época en la cual el desperdicio no era un problema. En el momento en que se tome consciencia de que la cantidad de recursos es limitada, todo se acabó".

"Va a haber un cambio económico, pero a la vez, evidentemente, va a haber un cambio social. Es decir, nuestro modo de vida va a cambiar. Cuidado: de la misma manera que después de la Gran Depresión el modo de vida cambió. Siempre que hay un cambio sistémico hay un cambio social. Y el cambio en el modo de vida que se produjo después de la Gran Depresión fue profundísimo: cambió el modelo de familia, la mujer se incorporó masivamente al mundo del trabajo, la juventud empezó a tener unas oportunidades que antes no había tenido... O sea, fue magnífico, fue maravilloso, porque se iba a más. Ahora no: hemos vivido unos años excepcionales, sublimes; estos años no volverán".

"Reactivar la economía será incrementar la productividad. Reactivar la economía será incrementar la eficiencia. Reactivar la economía será que para fabricar un ordenador se utilicen menos recursos. Reactivar la economía será que yo no me tenga que desplazar si no hace falta realmente que me desplace, con lo cual la tecnología de la comunicación mejorará muchísimo. Eso será reactivar la economía. Pero claro, eso significará que la gente tendrá menos dinero en el bolsillo para poder consumir. Es decir, de nuestra perspectiva vamos a vivir peor".

"El PIB se reducirá. Lo que mejorará es el PIB per capita de las personas necesarias para generar ese PIB; los 'insiders'. Los 'outsiders', la gente no necesaria, realmente lo tiene mal".
El conflicto entre la eficacia y el empleo que Santiago Niño Becerra describe no podrá mantenerse durante mucho tiempo, aunque se retrase con reformas. ¿Qué puede hacerse cuando la economía ha llegado a tal punto que la eficacia ha superado el concepto del valor y por tanto se dispara el desempleo tecnológico y la gente no tiene dinero para aprovechar las nuevas capacidades técnicas? ¿Qué hacer con esa contradicción?

Exacto: podemos renegar de la eficacia o del sistema monetario.

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