Nada crece para siempre

Ya hablamos de economistas como Tim Jackson, que presentan una nueva economía sin dejar el punto de vista capitalista y, por tanto, lo que proponen es en esencia una transición a una forma más pura de lo que ellos mismos hablan, quizás sin saberlo. Lo mismo ha ocurrido con un tal Peter Victor, que por fin se ha puesto al día con el estado actual de la Tierra y ha comprendido que, por mucho que el capitalismo se base en lo contrario, nada crece para siempre:
«Peter Victor es un economista que se ha hecho la herética pregunta de si la Tierra puede soportar un crecimiento infinito.

Tradicionalmente, los economistas han sostenido que la respuesta es "sí". En los años 60, cuando Victor se ganaba sus títulos, un incremento constante del producto interior bruto (PIB o 'el valor combinado de nuestro trabajo asalariado y lo que producimos') parecía ser crucial para mejorar los niveles de vida y mantener a las masas fuera de la pobreza. Crecemos o perecemos: esta presunción es ya tan central a nuestra identidad económica que apuntala casi todas las decisiones financieras que toman nuestros líderes. Es para los economistas lo que la segunda ley de la termodinámica es para los físicos.

Pero Victor, ahora un profesor en la universidad de York en Toronto, sintió que algo le empujaba en la otra dirección. Los ecologistas estaban empezando a darse cuenta de que la Tierra tiene sus limites. Bombea suficiente contaminación en un río y lo puedes arruinar para siempre; tala suficientes bosques y puede que nunca vuelvan a crecer. A comienzos de siglo la debilidad del planeta era más evidente e inquietante que nunca, al ver como los gases de efecto invernadero se acumulaban y trozos de los glaciares de Groenlandia se separaban por completo. "Hemos tenido 125.000 generaciones de humanos, pero sólo las ocho últimas han tenido crecimiento" -me contó Victor-. "¿Entonces qué se considera normal? Creo que vivimos en tiempos muy anormales. Y hay señales por todas partes de que el entorno natural no puede soportar la carga que le hemos puesto".

En esencia, el crecimiento infinito nos pone en una posición de un dilema aparentemente insoluble. Sin ello entramos en pobreza y con ello agotamos el planeta. De todas formas, perdemos. A menos, por supuesto, que haya una tercera opción. ¿Podríamos tener una economía saludable que no crece? ¿Podríamos impedir un colapso ecológico poniendo riendas a la economía global? ¿Podríamos hacerlo sin morirnos de hambre?

Victor quería descubrirlo. Primero, creó un modelo informático que replicaba la economía canadiense moderna. Entonces la modificó para que los elementos cruciales, incluyendo el consumo, la productividad y la población, dejaran de crecer tras 2010. Para impedir el desempleo, acortó la semana laboral a unos cuatro días, creando más trabajos. También creó impuestos más altos para los ricos y más servicios públicos para los pobres, e impuso un impuesto al carbón para llenar las arcas del gobierno y desalentar el uso del combustible fósil. ¿Qué ocurrió? Aunque tardó un par de décadas, el desempleo bajo al 4%, el nivel de vida de la mayoría subió y las emisiones de gas invernadero acabaron muy por debajo de lo requerido por Kyoto. La economía llegó a un "estado estacionario". Y si el modelo es correcto, algo similar con más economistas preocupados por el medioambiente puede ser la única forma de que la humanidad sobreviva a largo plazo».
Podéis leer el artículo original entero aquí

Que el crecimiento infinito impida la pobreza es una afirmación ciertamente desconcertante, teniendo en cuenta que la pobreza no ha hecho más que crecer si tomamos en cuenta la economía mundial y no solo el PIB, debido principalmente a la dominación de los países cuya clase media ha crecido exponencialmente en el último siglo sobre los que no sufrieron ese cambio.

Por otro lado, es muy interesante que Peter Victor proponga una economía de estado estacionario y otras reformas como acortar la semana laboral a cuatro días y desalentar el combustible fósil con un impuesto al carbono; es en esencia el siguiente paso lógico y también un exponente de la transición a una economía que deje de basarse en el monetarismo y empiece a centrarse en los recursos físicos. Pero, ¿se dan cuenta Peter Victor y sus compañeros?

1 comentarios:

Pablo Ameba dijo...

Hace un par de días que mantuvimos una conversación un amigo y yo exactamente sobre lo que trata este artículo. Gracias por publicarlo.
¿Cómo es este sistema nuestro que si no crece se muere?
Se supone que la economía es la ciencia que estudia la asignación de los recursos.
Toda la microeconomía está construida sobre el axioma de la insaciabilidad, creo que esto habría que revisarlo o, por lo menos el concepto de "bien".Es urgente que dejemos de transformar tanta materia y energía.
En macroeconomía, hasta donde yo sé, no se ha incluido todavía al ecosistema como parte del modelo, contraviniendo así al sentido etimológico de "economía".

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