Protestas en Nueva York

Las revueltas violentas continúan cobrando vidas en Yemen y Siria y la ciudadanía europea no está nada contenta con una recaída en la crisis. Y en cambio las noticias más sorprendentes vienen del otro lado del charco: ha habido protestas en Nueva York.


Igual que los indignados en España los manifestantes neoyorquinos no tenían ningún partido a su favor. Pero, también como en España, ha surgido como un movimiento de izquierda radical con objetivos concretos, si bien tintados ocasionalmente por ideologías románticas. La cuestión es particularmente notable y crucial en Estados Unidos, país en el que no existe una izquierda organizada. Sin duda no una radical.

Como ejemplifica uno de los manifestantes, podríamos estar presenciando el auge del equivalente del Tea party, el movimiento ultra-derechista que surgió a principios del siglo XXI como una radicalización del partido republicano. Si cuajan, estas manifestaciones y protestas podrían organizarse en una izquierda cohesiva. Y si siguiera el mismo camino que el Tea Party, se extenderían por todo el partido demócrata en cuestión de años.


Pero eso no son más que suposiciones. El aquí y ahora es mucho más humilde y, dicho sea de paso, trágico: el movimiento ultra-derechista nunca se ha visto enfrentado a arrestos masivos por reunirse. Como debe ser: la libertad de expresión incluye la libertad de expresar idioteces. Por desgracia, lo mismo no puede decirse del trato policial de estos neoyorquinos.

Ayer 24 de septiembre, mientras los 1.000 manifestantes marchaban hacia el distrito financiero para protestar en contra de Wall Street, la policía arrestó a 80-100 ciudadanos. Ha de decirse que en comparación con el trato en los países árabes la policía no fue particularmente brutal; pero sin duda eso no justifica sus acciones. Además de las típicas acciones indiscriminadas, acorralaron a grupos pequeños para luego rociarlos con aerosol de pimienta.


Pero hay algo quizá más insultante que la policía actuando contra el derecho a manifestarse de estos ciudadanos. Hay algo más insultante que la violencia indiscriminada. Lo más insultante es que en las declaraciones policiales una de las razones principales de los arrestos fue «resistirse al arresto». La lógica circular es tan obvia que da ganas de llorar.

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