Tributo a Carl Sagan

Pocos filósofos han sabido divulgar la grandiosidad del universo y de los instrumentos humanos que nos permiten observarlo tan bien como Carl Sagan. Se trataba de un hombre en muchos sentidos excéntrico y obsesivo. Pero grandioso. Sin duda, era un científico notorio: un astrónomo, astrofísico y cosmólogo con más de 600 publicaciones científicas. Entre ellas, co-ideó la hipótesis del invierno nuclear.

Aun y todo, sus contribuciones más notables fueron para la sociedad. Arrestado dos veces por manifestarse en contra de la carrera nuclear, Sagan fue un defensor de los derechos civiles y de una verdadera democracia. Aunque sin utilizar ninguno de los términos, era socialista y ateo a pesar de vivir en un país en guerra fría contra un estado socialista y ateo.

Pero su mayor regalo a la sociedad fue la divulgación de la ciencia a la que tantos años dedicó. Desde 1980 con el documental Cosmos, transmitido en 60 países y visto por 500 millones de personas, hasta 1996 con A Demon-Haunted World, su último libro antes de morir. Más quizá que en todas sus obras anteriores, en El mundo y sus Demonios Carl Sagan mostró lo que todo escéptico debería ser. Y por qué todo humano debería ser un escéptico.
«La primera gran virtud del hombre fue la duda y el primer gran defecto la fe»
A pesar de que todos los documentales modernos de divulgación superan a Cosmos en su calidad de producción, estos pierden el elemento esencial que se encontraba en el corazón de aquel documental de 13 horas de duración. Y es que no estaba tan preocupado por enseñar ciencia como lo estaba por enseñar aquel elemento esencial que rara vez mencionan siquiera en las escuelas: el racionalismo, el escepticismo, el método científico.

El alma de la ciencia. Aquello que todo niño puede comprender pero de lo que casi nadie ha oído hablar. Aquello cuya ausencia da alas a la superstición, al fanatismo y al relativismo cultural. No, Carl Sagan no consiguió curar a una sociedad enferma de estas dolencias. Nadie puede hacerlo por su cuenta. Lo que Carl Sagan hizo fue revivir el movimiento escéptico y racionalista y dar un empuje inolvidable a la divulgación de la ciencia, dos corrientes que luchan día a día contra la superstición, la demagogia y la pseudociencia.

Y por encima de todo eso, lo que Carl Sagan hizo fue transmitir con inmensurable belleza los misterios del cosmos, nuestras ansias de conocimiento y la trascendencia del escepticismo:

(Ver las veinte partes disponibles)

Cosmos fue un tributo al conocimiento y la ignorancia humanas. Y esta recopilación es un tributo a Carl Sagan y sus obras. Este inmenso trabajo de edición, A Universe Not Made For Us («Un universo no creado para nosotros»), es un revoltijo de nuevas y viejas imágenes, de la música clásica original del documental y compositores como Michael Giacchino (LOST) y de cientos de horas de la voz de Sagan salidas de Cosmos, sus audio-libros y entrevistas.

De manera similar pero más humilde, este texto es mi tributo personal a una de las personas a la que más admiro. No puedo aceptar el concepto del "héroe" idealizado, pero sí que existen los hombres grandiosos. Responsable póstumo de mi apertura de mente a la ciencia y el racionalismo, Carl Sagan fue lo más parecido a un héroe: un gran hombre.
«Es mejor encender una vela que maldecir a la oscuridad»

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